La ciática es un síndrome doloroso del miembro
inferior manifestado en una parte o la totalidad del territorio ciático, según
el número de raíces afectadas (L4-S3).
Según el nivel topográfico donde
actúe el agente etiológico, la ciática puede clasificarse en: radicular, plexular o troncular. La más frecuente (95%) es la ciática
radicular y es la forma clínica de
presentación más frecuente de la hernia discal lumbar. El diagnóstico diferencial de la hernia
discal lumbar se enfocará con el criterio topográfico de la clasificación de la
ciática.
CIÁTICA RADICULAR:
I.- CAUSAS CONGÉNITAS.
1. vértebras
transicionales (anomalías de la transición lumbosacra)
a)
sacralización de
L5
b)
lumbarización de
S1 (la sexta vértebra lumbar)
c)
síndrome de
Bertolotti
(i)
sacralización
unilateral de L5 (hemisacralización)
(ii)
lumbarización
unilateral de S1 (hemilumbarización)
d)
apofisomegalia
transversa de L5
(i)
apofisomegalia
simple sin neartrosis
(ii)
apofisomegalia
con neartrosis
-
articulación con
la masa lateral del sacro (alerón sacro)
-
fusión completa
con la masa lateral del sacro
e)
tropismo de las
carillas articulares (carillas articulares asimétricas)
f)
atresia
interapofísaria
g)
agenesia
lumbosacra (desarrollo defectuoso o falta de partes de las vértebras
lumbosacras)
(i)
vértebra ausente
(ii)
hemivértebra
(iii)
defectos del arco
vertebral
2.
Espina bífida oculta
a)
simple
b)
asociada con:
(i)
médula anclada
(tethered cord)
(ii)
diastematomielia
(iii)
lipomas
lumbosacros
(iv)
tumor dermoide
3. Malformación de
las raíces lumbares
4. Estenosis
congénita del canal
5. Espondilolisis/espondilolistesis
II.- ANOMALÍAS DEL CRECIMIENTO.
1.
Enfermedad de Scheuermann
2.
Vértebra plana de Calvé
III.- CAUSAS TUMORALES.
1.
Extradurales
a)
primarias
(i)
linfoma primario
(raro)
(ii)
cordoma
(iii)
osteoma osteoide
(iv)
osteoblastomas
(v)
quiste óseo
aneurismático
(vi)
hemangioma
vertebral
(vii)
neurofibroma
(viii)
mieloma múltiple
(ix)
osteocondroma
(x)
condrosarcoma
(xi)
sarcoma de Ewing
(xii)
plasmocitoma
(xiii) tumor de células gigantes
a) metastásicos
(secundarios)
(i)
linfoma
secundario (más frecuente)
(ii)
pulmón
(iii)
mamas
(iv)
próstata
(v)
carcinoma
grastrointestinal
(vi)
tumore renales
(vii)
tiroides
2.- Intradurales
a) extramedular
(i)
primarios
. meningiomas
. neurofibromas
. schwannomas
. ependimoma del fillum terminale
. paraganglioma
. tumores de inclusión
-
lipomas
-
teratomas
-
tumor epidermoide
(colesteatoma)
-
tumor dermoide
-
quistes
neuroentéricos
(ii)
metástasis
b) intramedulares
(i)
primarios
. astrocitoma
. ependimoma
. hemangioblastoma
. oligodendroglioma
. subependimoma
. ganglioglioma
. tumores de inclusión
-
lipoma
-
teratoma
-
tumor epidemoide
(colesteatoma)
-
tumor dermoide
-
quistes
neuroentéricos
IV.- CAUSAS TRAUMÁTICAS
1. Fractura-luxación
vertebral (causa aguda muy frecuente)
a)
fractura del
cuerpo
b)
fractura del
pedículo
c)
fractura/subluxación
facetaria
d)
fractura de la
apófisis transversa
e)
fractura de la
apófisis espinosa
2. Esguinces, torceduras y
desajustes
3. Iatrogénicas
a) por punción
lumbar
b) después de una
fusión ósea posterior
c) por
quimionucleolisis
d) daño radicular
durante una cirugía espinal
V.- CAUSAS MECÁNICAS
1.
Condición músculo-esquelética pobre (postura y tono
muscular)
2.
Hiperlordosis en:
a) ancianos
b) jóvenes con
articulaciones hipermóviles
c) obesos
VI.- CAUSAS INFLAMATORIAS
1. Infecciosas
a) discitis
b) osteomielitis
c) absceso epidural
espinal
d) espondilitis
brucelar
e) espondilitis
estafilocóccica
f) tuberculosis
espinal
(i)
hernia de absceso
tuberculoso intradiscal
(ii)
tuberculosis
vertebral (mal de Pott)
g) infecciones
granulomatosas no tuberculosas
h) micobacterias
i) enfermedad de
Lyme
j) herpes Zoster (hay compromiso de los dermatomas lumbosacros en el 10-15%
de los casos)
k) SIDA
2. No infecciosas
a) enfermedad de
Reiter
b) artritis
reumatoidea
c) fibromialgia
d) artritis de
Marie-Strumpell/artritis anquilopoyética/espondilitis anquilosante/columna de
bambú
e) lupus eritematoso
sistémico
f) aracnoiditis
g) radiculitis
h) pseudorradiculopatía
de la bursitis trocantérica
i) neuritis ciática
verdadera
j) artropatía
psoriásica
VII.- CAUSAS
DEGENERATIVAS
1. Espondilosis (degeneración del disco asociada a
un cambio reactivo de los cuerpos vertebrales adyacentes y del ligamento
vertebral común posterior con formación de barras espondilóticas).
2.
Osteoartritis/espondilitis (cambios degenerativos en los cartílagos articulares resultando en la
afectación de las carillas articulares).
3.
Osteoporosis.
VIII.-CAUSAS METABÓLICAS
1. Osteoporosis
a) por
desuso
b) relacionada
con la dieta
(i)
deficiencia
de calcio
(ii)
deficiencia
de proteínas
(iii)
deficiencia
de vitamina C
(iv)
anorexia
nerviosa
(v)
alcoholismo
c) drogas
(i)
heparina
(ii)
metotrexate
(iii)
etanol
d) idiopático
e) trastornos
genéticos
(i)
osteogénesis imperfecta
(ii)
hemocistinuria
f) enfermedades
crónicas
(iii)
artritis
reumatoidea juvenil
(iv)
sarcoidosis
(v)
cirrosis
hepática
(vi)
acidosis
tubular renal
(vii)
neoplasias
-
mieloma
múltiple
-
linfoma
-
leucemia
f) patologías
endocrinas
(i)
adenoma
hipersecretor de ACTH
(ii)
glándulas
suprarrenales
-
tumor
-
hiperplasia
-
iatrogenia
(iii)
ovario
-
deficiencia de
estrógeno
. postmenopáusica
. genética
. ooforectomía
(iv)
testículo
-
deficiencia de
tetosterona
. genética
. castración
.¿ edad?
2 .Enfermedad ósea de Paget
IX.- CAUSAS VASCULARES
1. Oclusión trombótica de la
aorta abdominal (síndrome de
Leriche)
2. Aneurisma (disecante)de la
aorta abdominal
3. Vasculopatías periféricas
a)
trombosis venosa
profunda
b)
insuficiencia
arterial en miembros inferiores
c)
várices en
miembros inferiores
4. Malformación
arteriovenosa espinal
5. Aneurisma espinal
6. Hematoma epidural
lumbosacro
7. Varicosidades
epidurales
X.- CONDICIONES
PERIFÉRICAS QUE PUEDEN
CONFUNDIRSE CON LA RADICULOPATÍA
1. Lesión proximal del plexo sacro
confundida con
radiculopatía S1
2.
Síndrome del músculo piramidal o piriforme confundido con
radiculopatía S1
3.
Neuralgia del crural
4.
Neuralgia del femorocutáneo
5.
Neuropatía periférica por atrapamiento del nervio peroné a
nivel de la cabeza del hueso homónimo confundida con radiculopatía L5
6.
Neuropatía femoral confundida con radiculopatía L4
7.
Neuropatía diabética incluyendo la amiotrofia diabética
XI.- DOLOR REFERIDO
1.
Causas extraespinales
a) aparato
genitourinario
(i)
causas renales
-
peilonefrítis por
sepsis urinaria
-
renolitiasis
(cólico nefrítico)
-
tumor renal
-
trauma renal
(ii)
causas
ginecológicas
-
endometriosis (la
gran simuladora)
-
endometritis
-
tumor
-
inflamación
pélvica
-
congestión
pélvica
-
tensión
perimenstrual
(iii)
hernia inguinal,
sobre todo cuando se incarcela
b) aparato digestivo
(i)
úlcera duodenal
perforada de la pared posterior
(ii)
apendicitis
(iii)
neoplasia
intraabdominal
(iv)
colecistitis
(v)
pancreatitis
c) aparato
cardiovascular
(i)
aneurisma
disecante de la aorta abdominal
(ii)
isquemia
d) sistema
osteomioarticular
(i)
síndrome de la
articulación sacroilíaca
(ii)
artropatía
coxofemoral de los ancianos
2. Causas
espinales
a) síndrome
facetario
b) síndrome de
Maigne
c) síndrome
miofascial
XII.- CAUSAS
TÓXICAS
1. Intoxicación por
metales pesados
2.Fluorosis
XIII.- PATOLOGÍAS MULTIFACTORIALES QUE
PUEDEN CURSAR CON RADICULOPATÍA CIÁTICA
1. Espondilolisis/espondilolistesis
a)anomalías del
desarrollo
b) adquiridas
(i)
traumáticas
-
fracturas agudas
-
fracturas por
estrés/fracturas por fatiga
(ii)
degenerativas
(iii)
iatrogénicas
-
postlaminectomía
con facetectomía parcial o completa
-
postdiscectomía y
facetectomía parcial
-
espondilolisis y
herniación discal recurrente postdiscectomía
-
espondilolisis
postfusión
(iv)
patológica
- por patología localizada
. sepsis a nivel del cuerpo
vertebral
. tumor a nivel del cuerpo
vertebral
- por patologías óseas generalizadas
. artrogriposis
. enfermedad de Albers-Schonberg (osteopetrosis)
. sífilis
3.
Estenosis espinal
a) primaria
(i)
congénita
(estenosis presente en el momento de nacimiento como parte del cuadro
malformativo congénito)
-
disrrafismo espinal
-
ausencia de
segmentación vertebral
-
estenosis
intermitente/síndrome de d’Anquin
(ii)
anomalías del
desarrollo
-
por errores del
crecimiento óseo durante el desarrollo intrauterino
. acondroplasia
. enfermedad de Morquio
. exositosis múltiple hereditaria (osteopetrosis)
-
idiopáticas
. con hipetrofia ósea del arco vertebral
. en ausencia de esta hipertrofia (rara):
factores adicionales como los cambios
degenerativos y el engrosamiento del ligamento
amarillo pueden aumentar la estenosis
b)
secundaria (se trata de
pacientes con signos y
síntomas de estenosis pero con dimensiones normales del canal vertebral
original)
(i)
espondilolistesis
(puede tener predisposición genética)
(ii)
fibrosis epidural
(formación ósea reactiva postquirúrgica)
-
postfusión
vertebral con implantes óseos posteriores
. a nivel de la fusión
. a un nivel adyacente a la fusión
-
postdiscectomía
. quirúrgicamente por el abordaje interlaminar
. postquimionucleolisis
-
postlaminectomía
-
luxación
vertebral postforaminectomía
(iii)
postraumática
-
postfractura
-
postlesiones del
sistema de ligamentos sin luxación ni estenosis inicial, pero años después sí
por osteoporosis y trastornos circulatorios de las vértebras lesionadas
(iv)
enfermedades
óseas sistémicas
(v)
enfermedades
endocrinometabólicas
-
enfermedad de
Paget
-
fluorosis
-
osteoporosis
(vi)
tumores
-
primarios
-
secundarios
(vii)
inflamatorias
-
infecciosas
-
no infecciosas
c) Síndrome
miofascial
(i)
traumas
-
colisiones con
hiperextensión e hiperflexión
-
las
desaceleraciones bruscas
-
levantamiento
inapropiado de objetos pesados
(ii)
postquirúrgico
(por mal manejo de los músculos paravertebrales durante la cirugía)
XIV.- OTRAS CAUSAS DE DOLOR DEL
MIEMBRO INFERIOR
1. Tabes
2. Afecciones del
tálamo óptico pueden producir dolores centrales de tipo ciático
3. Simpatalgias en
heridas del miembro inferior (causalgias)
4. Metatarsalgia de
Morton
5. Tarsalgias
6. Aquileodinias
(dependientes de bursitis y miositis o exostosis)
7. Pseudociática
miálgica de Alexander (mialgia glútea)
8. Síndrome de
Guillain-Barré
9. Siringomielia
XV.- CAUSAS IDIOPÁTICAS
1. Escoliosis lumbar
idiopática
XVI.- CAUSAS PSICÓGENAS
- Enfermedad psicosomática
- Neurosis de renta (ganancia secundaria)
a) emocional
b) financiera
3. Cuadros de simulación
CIÁTICAS PLEXURALES
1. Sacroileítis
2. tumores pélvicos
a) útero
b) próstata
c) vejiga
d) recto
3. Endometriosis
4. Divertículo
sigmoide
5. Aneurisma de
la aorta abdominal o ramas ilíacas
6. Hematoma
retroperitoneal
7. Hematomas
espontáneos de los músculos psoas e
ilíaco
8.
Causas obstétricas
a)
embarazo
b) parto (trauma
obstétrico)
9. Procesos inflamatorios retroperitoneales
10. Abscesos intrapsoas
11. Plexitis
infecciosa por virus herpes Zoster o herpes
simple II
12. Las
infecciones bacterianas de la cavidad
pélvica
13. Afectación
vasculítica en el seno de la vasculitis
sistémica o vasculitis aislada
14.
Plexopatía lumbosacra secundaria a megavejiga
obstructiva benigna por hiperplasia prostática
15. Plexopatía postradiación
16. Neuropatía
hereditaria autosómico dominante
17. Complicación de la cirugía abdominopélvica
18. Doble fractura pélvica
CIÁTICAS TRONCULARES (afecta al tronco del
nervio ciático)
Son causas locales. El diagnóstico se hace por la relación
causa-efecto.
1.heridas
penetrantes en la nalga o miembros inferiores por:
c) arma de fuego
d) arma blanca
2. inyecciones
medicamentosas intramusculares:
a) mal aplicadas
fuera del cuadrante superoexterno del glúteo
b) caústicas
3. metástasis a
nivel de isquión
4. callos
exuberantes de fractura del fémur mal consolidadas
5. fracturas
desplazadas del fémur
6. endometriosis
ENFOQUE
DESCRIPTIVO BREVE DE ALGUNAS PATOLOGÍAS QUE CAUSAN DOLOR DE LA ESPALDA BAJA Y
CIÁTICA.
Anomalías congénitas del raquis lumbar
Las variaciones
anatómicas de la columna vertebral son frecuentes, y aunque raramente
constituyen por sí mismas la fuente del dolor y del desajuste funcional, pueden
predisponer al individuo a complicaciones discogénicas y espondilíticas, y a
una tensión excesiva a causa de las alteraciones de la mecánica, la alineación
o el tamaño del conducto raquídeo.[51]
Con cierta frecuencia se
observa en las radiografías de enfermos con ciática radicular la presencia en
la región lumbosacra de vértebras anómalas; De Séze las ha hallado en el 16% de
los casos.[59]
Las anomalías más
habituales son:
1. vértebras transicionales (anomalías de la transición lumbosacra)
a) sacralización de L5
b)
lumbarización de
S1 (la sexta vértebra lumbar)
c)
síndrome de
Bertolotti
(i) sacralización unilateral de L5 (hemisacralización)
(ii)lumbarización unilateral de S1 (hemilumbarización)
d)
apofisomegalia
transversa de L5
(i) apofisomegalia simple sin neartrosis
(ii) apofisomegalia con neartrosis
-
articulación con
la masa lateral del sacro (alerón sacro)
-
fusión completa
con la masa lateral del sacro
e)
tropismo de las
carillas articulares (carillas articulares asimétricas)
f)
atresia
interapofísaria
g)
agenesia
lumbosacra (desarrollo defectuoso o falta de partes de las vértebras
lumbosacras)
(i) vértebra ausente
(ii) hemivértebra
(iii) defectos del arco vertebral
2. Espina bífida oculta
a) simple
b) asociada con:
(i) médula anclada (tethered cord)
(ii) diastematomielia
(iii) lipomas lumbosacros
(iv) tumor dermoide
- Quiste espinal meníngeo
a)
quistes
extradurales
(i)
quistes
extradurales meníngeos que no emergen de la manga dural de las raíces nerviosas
(ii)
quistes
extradurales meníngeos que emergen de las raíces nerviosas
-
quistes
perineurales de Tarlov o divertículo de la raíz nerviosa
-
quistes
radiculares sacros de Schereiber
b)
quistes meníngeos
intradurales
(i)
quistes
aracnoideos intradurales
4. Malformación
de las raíces lumbares
5. Estenosis
congénita del canal
6.
Espondilolisis/espondilolistesis
Las anomalías congénitas pueden presentarse aisladas o mezcladas
entre sí, dando lugar
a las más diversas combinaciones.
El problema que se plantea ante un caso dado consiste en saber si las
anomalías que se observan en la radiografía son o no la causa de la ciática.[79]
La sacralización y la lumbarización raramente por sí mismas causan
dolor, sin embargo, pueden producir sobrecarga funcional de la vértebra situada
por encima. De Seze y Saloff han demostrado que el 90% de las lesiones discales
observadas en caso de anomalías de transición, se localizan en el disco
inmediatamente suprayacente: la hernia discal L4-L5 en el caso de la
sacralización y la hernia discal L5-S1 cuando se trata de la lumbarización [18].
Hasta hace unos años se creía, que las
hemisacralizaciones y las hemilumbarizaciones, especialmente si había contacto
entre la megatransversa y el sacro o el
ilíaco, daban lugar a un sufrimiento radicular, pues la raíz se veía
obligada a discurrir por un estrecho desfiladero; a ello se le conocía por síndrome de Bertolotti. Se aconsejaba
la resección de la apófisis
transversa y la liberación de la raíz. Pronto se vio que estas
intervenciones fracasaban a menudo y que en los casos con anomalías
hemilaterales, la ciática se presentaba con frecuencia en el lado opuesto al de
la anomalía. Por otra parte, la presencia de anomalías en un porcentaje de
sujetos que no han sufrido jamás dolor lumbar hizo pensar que la existencia de
una anomalía no significaba necesariamente que fuera la causa del síndrome
clínico.[23]
Actualmente se ha llegado al siguiente
concepto: Las anomalías de transición
lumbosacra no son causa directa de ciática, más bien, pueden ser un factor
predisponente en la presentación de una hernia discal en el disco inmediato
superior de la vértebra anómala, a causa del trastorno estático o dinámico
que producen en la región lumbosacra. En efecto, en largas series de casos con
anomalías lumbosacras y ciáticas radicular se ha hallado una hernia en el disco
inmediato superior a la anomalía.[18,79]
En cuanto a las neartrosis transversosacras o transversoilíacas, que
tanto habían llamado la atención, se sabe actualmente que no son dolorosas o,
cuando lo son, dan lugar a un dolor local y a un dolor referido glúteo y al
muslo; el enfermo se queja de pesadez, de un dolorimiento profundo que puede
distinguirse perfectamente de la afección radicular.
El tropismo de las carillas articulares es otra anomalía de transición lumbosacra, especialmente de
la 5ta lumbar, en un lado están orientadas en un plano sagital y en el otro, en
el frontal. Esto, igualmente, sobrecarga las articulaciones facetarias ya que
añade un mayor estrés rotatorio y predispone a la artrosis facetaria [18].
Las agenesias
lumbosacras que consiste en un desarrollo defectuoso o falta de partes de la
vértebra lumbosacra pueden predisponer a las alteraciones de la mecánica, la
alineación o el tamaño el conducto raquídeo.[18]
La espina
bífida oculta
es la ausencia congénita de la apófisis espinosa y una cantidad variable de la
lámina. No hay exposición visible
de las meninges o de los tejidos neurales.[58]
Puede haber falta de fusión de las láminas del arco
neural de una o varias de las vértebras lumbares o del sacro. Ocasionalmente,
la hipertricosis o hiperpigmentación de la zona sacra puede traicionar la
afección, pero en la mayoría de los pacientes ésta permanece oculta hasta que
la revelan los rayos x. Ocurre en el 20-30% de los norteamericanos, careciendo
de importancia clínica.[51,58]
Puede ocasionalmente
asociarse con la diastematolomielia, lipoma lumbosacro, tumor dermoides o
médula anclada. Cuando se hace sintomático, gracias a cualquiera de las
condiciones asociadas, el cuadro clínico es el del síndrome de la médula
anclada (Tethered Cord Syndrome).[58]
Quistes espinales meníngeos
a) quistes extradurales
(i) quistes extradurales meníngeos
que no emergen de la manga dural de las raíces nerviosas
(ii)
quistes
extradurales meníngeos que emergen de las raíces nerviosas
-quistes perineurales de Tarlov
o divertículo de la raíz nerviosa
-quistes radiculares sacros de
Shereiber
b)
quistes meníngeos
intradurales
(i)
quistes
aracnoideos
Esto quistes meníngeos espinales pueden ser asintomáticos
constituyendo un hallazgo incidental. Pueden causar radiculopatía por presión
sobre la raíz nerviosa adyacente (pueden o no causar síntomas dependientes de
la raíz nerviosa de la que emergen). El complejo sintomático depende del tamaño
del quiste y su proximidad a la raíz nerviosa o médula espinal.
Los quistes extradurales lumbares que no emergen de la manga
dural de las raíces nerviosas pueden cursar con dolor lumbar y radiculopatía y
se encuentran en la región sacra, pudiendo cursar con trastornos esfínterianos.
Los quistes extradurales que emergen de la raíz nerviosa
generalmente son múltiples ocurriendo a nivel de la raíz dorsal(posterior),
pero son más prominentes y sintomáticos a nivel del sacro. Generalmente son asintomáticos pero las
lesiones sacras pueden causar ciática y/o trastornos esfinterianos.
Los quistes meníngeos intradurales (quistes aracnoideos)
pueden ser también múltiples y asintomáticos. Son más frecuentes a lo largo del
espacio subaracnoideo posterior. Se atribuyen a la proliferación de las
trabéculas aracnoideas. [79]
Estenosis primaria del canal.
a) congénita (estenosis presente en el momento de nacimiento como parte del cuadro malformativo congénito)
-
disrrafismo
espinal
-
ausencia de
segmentación vertebral
-
estenosis
intermitente/síndrome de d’Anquin
b) anomalías del desarrollo
-
por errores del
crecimiento óseo durante el desarrollo intrauterino
. acondroplasia
. enfermedad de Morquio
. exositotis múltiple hereditaria/osteopetrósis
-
idiopáticas
. con hipetrofia ósea del arco vertebral
. en ausencia de esta hipertrófia (condición rara).
Factores
adicionales como los cambios degenerativos y el engrosamiento del ligamento
amarillo pueden aumentar la estenosis.
Disrrafismo espinal. Los síntomas y signos no solo son causados por la
estenosis per se sino también por la mielodisplasia y otras condiciones
patológicas tales como el lipoma[80].
Ausencia de segmentación vertebral. Esta entidad ocurre a menudo en
combinación con la hipoplasia de las articulariones facetarias y sinostosis de
la lámina o apófisis espinosa.
Estenosis intermitente o síndrome de d’Anquin. En esta entidad, el proceso espinoso de S1
está ausente y la lámina de S1 tiene un gran defecto en la porción central. Un
pedazo de hueso probablemente un proceso espinoso hipoplásico puede estar
presente en este defecto. La elongación del proceso espinoso de L5 en forma de
gancho hacia abajo puede ejercer un efecto compresivo sobre el pedazo de hueso
rudimentario, para disminuir el diámetro mediosagital del canal vertebral,
causando dolor en los miembros inferiores en la estación de pie o durante la
deambulación pero desaparece al sentarse gracias al alivio de la compresión.
Acondroplásia. Los centros de osificación del cuerpo vertebral se
fusionan prematuramente con los centros de osificación de los arcos
vertebrales, resultando en pedículos cortos que llevan a un canal estrecho.
Después del nacimiento la estrechez del canal aumenta con arcos vertebrales
gruesos producto de una aposición ósea perióstica excesiva. Después, factores
adicionales como el abombamiento discal y la reacción osteofitaria, a nivel de
margen posterior del cuerpo vertebral, pueden causar un aumento de la
estrechez. La cifosis resultante de la deformidad en cuña de los cuerpos
vertebrales, contribuye a aumentar el déficit neurológico.
La estenosis
producto de la acondroplasia puede subdividirse en 3 grupos:
1. estenosis del canal cervical superior en
combinación con un foramen magno estrecho e invaginación del odontoides
resultando en muerte temprana a veces, poco tiempo después del nacimiento.
2. estenosis a distintos niveles de la
columna cervical, torácica y/o lumbar.
3. estenosis en el área toracolumbar o
lumbar.
Por esta amplia
gama de variedades, los síntomas pueden ocurrir hacia los 10 años o, al otro lado de la escala, en
mayores de 40 años. Sin embargo en la mayoría de los pacientes los síntomas se
desarrollan durante la tercera década.
Verbiest plantea
que un gran porcentaje de estos pacientes encaran el peligro de ser
parapléjicos. Se han encontrado déficit neurológicos en enanos acondroplásicos aparentemente
asintomático al realizar un examen físico neurológico cuidadoso y meticuloso.
Por tanto, los pacientes no deben ser sometidos a cirugía descompresiva
precipitadamente sin hacer previamente estos exámenes neurológicos y
radiológicos de otras regiones más allá del segmento vertebral sospechoso. La
descompresión del área estenótica debe acompañarse de una corrección de la
deformidad en cifosis si esta existiese[80].
Enfermedad de Morquio.
En el cuerpo hay un proceso
continuo de transformación, degradación y reemplazo de materiales. Los niños
con la enfermedad de Morquio, tienen una enzima alterada, que es esencial para
degradar el mucopolisacárido denominado Sulfato de Queratán. (Las enzimas son
proteínas necesarias para que sucedan las reacciones en los organismos vivos).
El queratán incompletamente degradado no puede ser empleado en el adecuado
desarrollo de los huesos y el cartílago y se deposita en las células del cuerpo
causando un daño progresivo. Los niños pueden mostrar manifestaciones de la
enfermedad, que se agravan a medida que se dañan más células[81].
La
forma usual de la enfermedad de Morquio, conocida como la MPS IVA, es
importante distinguirla de la forma B; mucho más rara y causada por la
deficiencia de una enzima diferente. Los afectados por la forma B tienen
problemas similares, pero generalmente más leves[81].
La entidad ocurre en la mayoría de los
casos con una deformidad vertebral severa progresiva tales como la
inestabilidad atlanto- occipital y la hipoplasia odontoidea. Estas deformidades
causan muertes tempranas o al menos déficit neurológicos severos tales como la
cuadriparesia. Cuando la estenosis se desarrolla en la región lumbar contribuye
a una mejor situación porque no es un problema que peligre inmediatamente la
vida del paciente[80].
Exositosis múltiple hereditaria.
En esta entidad
una exositosis particular puede causar estenosis lumbar.
La espondilolisis consiste en un defecto
óseo en la pars interarticularis que es un segmento próximo a la unión del
pedículo con la lámina. La espondilolisis se produce a nivel de las zonas lumbares inferiores y se
basa probablemente en alguna anormalidad genética. El defecto se visualiza
mejor en proyección oblicua. En
algunos individuos, es unilateral; en estas circunstancias se relaciona con una
o múltiples lesiones. En la forma usual bilateral, el cuerpo vertebral, el
pedículo y la carilla articular superior se pueden mover hacia delante, dejando
los otros elementos atrás. Este último trastorno, conocido con el término espondilolistesis, puede ocasionar
pocas dificultades al principio, pero habitualmente da lugar a síntomas en
fases más avanzadas de la vida.
La espondilolistesis puede dar lugar a tres
tipos de dolor:
1.
dolor lumbosacro
local
2.
dolores referidos
a los miembros inferiores, no radiculares
3.
ciática radicular
La ciática puede
ser producida por dos mecanismos: por la distensión de las raíces en el peldaño
de la vértebra fija formada por debajo de la vértebra listésica, y por la
presencia de una hernia discal asociada. Se sospechará esta última cuando
exista una ciática unilateral y netamente monorradicular[51].
CAUSAS TUMORALES.
1.- Extradurales
a)
primarias
(i)
linfoma primario
(raro)
(ii)
cordoma
(iii)
osteoma osteoide
(iv)
osteoblastomas
(v)
quiste óseo
aneurismático
(vi)
hemangioma
vertebral
(vii)
neurofibroma
(viii)
mieloma múltiple
(ix)
osteocondroma
(x)
condrosarcoma
(xi)
sarcoma de Ewing
(xii)
plasmocitoma
(xiii) tumor de células gigantes
b)
metastásicos
(secundarios)
(i)
linfoma
secundario (más frecuente)
(ii)
pulmón
(iii) mamas
(iv) próstata
(v) carcinoma gastrointestinal
(vi) tumores renales
(vii) tiroides
2.- Intradurales
h) extramedular
(i) primarios
. meningiomas
. neurofibromas
. schwannomas
. ependimoma del fillum terminale
. paraganglioma
. tumores de inclusión
-
lipomas
-
teratomas
-
tumor epidermoide
(colesteatoma)
-
tumor dermoide
-
quistes
neuroentéricos
(iii) metástasis
intramedulares
(ii)
primarios
. astrocitoma
. ependimoma
. hemangioblastoma
. oligodendroglioma
. subependimoma
. ganglioglioma
. tumores de inclusión
-
lipoma
-
teratoma
-
tumor epidemoide
(colesteatoma)
-
tumor dermoide
quistes neuroentéricos
Los tumores
intrarraquídeos clínicamente producen
3 síndromes:
1.
–
síndrome siringomiélico
2.
–
síndrome sensitivo motor de tractos espinales
3.
síndrome
doloroso radículo-espinal.
El tercer síndrome alberga una gran
importancia en nuestro descarte nosológico, caracterizándose por:
-
Triada
de Dejerine (dolor a la tos,
al estornudo y a la defecación)
-
Dolor
radicular, cortante o
sordo, con dolores agudos que se intensifican con los esfuerzos antes
mencionados.
-
Alteraciones sensitivas
segmentarias (parestesias, percepciones defectuosas de pinchazos y tacto).
Las alteraciones segmentarias sensitivas preceden a los signos de compresión
medular durante meses o años sí la lesión es benigna
-
Alteraciones Motoras (calambres, atrofia, fasciculaciones
disminuidas de los reflejos osteotendinosos).
-
Dolor vertebral
-
Dolor
a la presión de las apófisis espinosas.
Para determinar el nivel de la lesión son de más ayuda la localización
del dolor radicular y la parálisis artrófica que el nivel superior de la
hipoalgesia.
Las lesiones tumorales topográficamente localizadas a nivel o por
encima de la cola de caballo pueden constituir razón de confusión diagnóstica
con el síndrome de cola de caballo secundario a una hernia discal lumbar si
cursa con trastornos esfinterianos y dolor de la espalda. Entre estas
localizaciones topográficas presentamos por su importancia los siguientes
síndromes especiales:
Tumor medular dorsal
(torácia) inferior o lumbar alto
Insertar pedro pons )
Ciática por quistes
radiculares sacros.
La patología de los divertículos de la aracnoides
espinal es conocida y divulgada a partir de los trabajos de Tarlov, Schreiber,
Naddad, Schurr; en nuestro servicio se ha observado uno de los primero casos
europeos, por Sales, Espadaler y Solé-Llenas.
La clínica
de los quistes extradurales y perirradiculares se limita a la presencia de
ciática radicular, en un lado o en ambas extremidades; es frecuente la
abolición del reflejo aquiliano y la comprobación de una zona de hipestesia e
hipalgesia dispuesta en las zonas correspondientes a L5, S1,
S2 , pueden existir trastornos esfinterianos y coccigodinia. La
punción lumbar da salida a un líquido transparente con ligero aumento de
albúmina, reacción positiva a las globulinas y pleocitosis discreta.
Ciertos datos orientan a la presunción de esta
variedad de ciática cuya duración se cifra en meses o años. En la mitad de
casos los síntomas sobrevienen tras de un esfuerzo o traumatismo; la
presentación de paroxismos ajenos a todo esfuerzo y en especial al aumento del
dolor durante la estación bípeda prolongada y su disminución con la posición de
Trendelenburg son características. La percusión del hueso sacro despierta
dolor.
Pero todo ello no permite asegurar el diagnóstico;
éste se basa en los datos que proporciona la radiografía. La directa del hueso
sacro no demuestra nada definitivo; a lo sumo alguna erosión o área
descalcificada. La mielografía es indispensable para demostrar la lesión; la
inyección de aceite yodado en la región lumbar, con Lipiodol F. O
Discolipiodol, debe ser seguida de una radiografía inmediata y otra a las 24 ó
48 horas. En este intervalo es
frecuente que las algias de las extremidades aumenten sobremanera. En la
radiografía practicada a las 24-48 horas se advierte, además del líquido de
contraste adaptándose a la forma del fondo de saco dural, una, una imagen opaca
redondeada, situada más abajo y unida a veces por un trazo linear de sustancia
opaca a la primera; esta segunda imagen corresponde al quiste (fig. 553).
Los quistes radiculares sacros pueden ser
asintomáticos, no causar molestia alguna y ser motivo de hallazgo causal en el
curso de una exploración radiográfica del espacio subaracnoideo.
Anatomía patológica.- Deben distinguirse dos variedades de quistes radiculares
intrasacros:
1.
El
quiste extradural de Schreiber formado por un divertículo de la aracnoides;
está constituido por una túnica fibrosa, tapizada en su cara interna por
elementos epiteliales monoestratificados y en su parte más externa por una
lámina conjuntiva muy vascularizada. El proceso consiste en un divertículo de
la aracnoides en forma de cono que se hernia a través de una solución de
continuidad de la duramadre (fig. 554)
2.
Debe
distinguirse este divertículo extradural de Schreiber de los quistes perineurales de Tarlov, menos
frecuentes y de tamaño menor; éstos se localizan en la unión de la raíz
posterior y el ganglio raquídeo, desarrollados entre el endoneuro y el
perineuro con un contenido de fibras nerviosas y células ganglionares
(fig.554).
El tratamiento
consiste en la abertura del quiste meníngeo y extirpación del saco que le
rodea; la eficacia del tratamiento de esta variedad de ciática quirúrgica es
total e inmediata.
Ciáticas plexulares.
Las raíces ciáticas pueden afectarse a nivel del plexo
lumbosacro antes de que tenga lugar su reunión para formar el tronco ciático.
La frecuencia con que esto ocurre es muy pequeña; se estima que las ciáticas
plexulares y las tronculares reunidas no representan más que el 5% del total de
las ciáticas.
Las ciáticas plexulares presentan los siguientes
caracteres:
1.
Son
polirradiculares; es totalmente
excepcional que se afecte una sola raíz.
2.
Los
síntomas deficitarios o paralizantes son
siempre importantes, lo que no es más que una consecuencia de la afectación
de varias raíces.
3.
Los
fenómenos neurovegetativos, edema
retromaleolar y aumento o disminución del flujo sanguíneo en el miembro
afectado son muy frecuentes, probablemente debido a que las ramas del
simpático lumbar ya se han unido a las raíces a nivel del plexo.
4.
Faltan los signos vertebrales de
irritación radicular (signos
de Naffziger y Neri); tan sólo el signo de Laségue es positivo en algunos
casos.
Las causas más frecuentes de
ciática plexular son:
a)
sacroilitis.- el dolor sacroilíaco es habitualmente referido a la
cara posterior del muslo sobre el territorio de SII; este dolor referido, que
aparece en la mayoría de sacroilitis, no debe ser confundido con una verdadera
ciática. Pero, además, en algunos
casos de sacroilitis melitocócia, se
observan verdaderas ciáticas en forma de dolores irradiados en anchas bandas a
la extremidad inferior correspondiente, acompañados de síntomas neurológicos
importantes, tales como abolición del reflejo rotuliano o aquiliano y banda de
anestesia o hiperestesia. Se cree que en estos casos las ramas del plexo
lumbosacro son irritadas a su paso por delante de la articulación enferma.
b) Neoplasias
pelvianas.- El cáncer del
útero, de la próstata y otras neoplasias pelvianas pueden dar lugar a la
invasión blastomatosa del plexo lumbosacro por contigüidad, lo cual provoca
ciáticas plexulares de especial gravedad y persistencia que requieren a menudo
la morfina. Todo lo dicho respecto a las ciáticas por neoplasias vertebrales es
aplicable a esos casos; insistimos solamente en que la negatividad de las
radiografías de la pelvis y región lumbar no tiene ningún valor en contra del
diagnóstico.
c) Ciática
gravídica u obstétrica.- Durante el embarazo puede producirse una
hernia discal, con la correspondiente ciática radicular. Parece que durante el embarazo y el
puerperio se producen con más frecuencia las raras hernias discales masivas.
Pero lo que es peculiar del embarazo es la ciática
plexular, que puede aparecer de manera progresiva durante los últimos meses de
la gestación o de manera brusca en el momento del parto. La cabeza del feto
comprime la raíz LV y parte de la raíz LIV contra el estrecho superior de la
pelvis. La afectación de estas dos raíces da lugar a una parálisis de los
músculos anteroexternos de la pierna, con caída del pie. Se dice que por lo
común el pronóstico es favorable y que estas ciáticas remiten a las pocas
semanas.
-
Tumores vertebrales
primarios.
El mieloma múltiple constituye el tumor maligno más frecuente de las
vértebras. Esta neoplasia invade y reemplaza al hueso trabecular y, a menudo,
es causa de dolor lumbar. Ocurre frecuentemente en varones después de los 40
años. Los estudios indican aumento del nivel sérico de globulinas con inversión
de la relación albúmina-globulina, y una onda M con un pico de gamma en la electroforesis sérica[21].
El osteoma osteoide, es un tumor vertebral que puede causar dolor
lumbar severo. Especialmente es del tamaño de un guisante o chicharo y presenta
predilección por el pedículo o lámina de la vértebra. Paradójicamente el dolor
es aliviado por la aspirina.
El hemangioma es un tumor vertebral que puede causar dolor lumbar y
compresión medulorradicular.
Tumores metastásicos.
Los tumores metastásicos son extremadamente comunes en la columna vertebral
por el rico drenaje venoso de los cuerpos vertebrales, especialmente
proveniente del plexo venoso vertebral. Los sitios primarios más comunes de las
metástasis espinales son la próstata en el hombre, las mamas en la mujer,
riñones, pulmones, tiroides, estómago y útero.
No es raro que un cáncer de la columna vertebral o del
sacro, habitualmente metastásico, inicie sus manifestaciones clínicas por una
ciática monorradicular o polirradicular.
Estas manifestaciones se caracterizan
por la intensidad y violencia del dolor que persiste o aumenta durante el
reposo nocturno y requiere a menudo la morfina. Se sospecharán, en
particular, las metástasis cancerosas cuando este cuadro se presenta en una
persona de edad avanzada, y todavía más si antes fue intervenida de cáncer.
El dolor, generalmente, precede la evidencia radiográfica de
tumores metastásicos, por lo que no siempre hay signos radiográficos en los
comienzos de la enfermedad. En el momento en que la lesión metatásica es
visible en el cuerpo vertebral en la radiografía, el tumor habría reemplazado
alrededor del 25 al 30% del contenido óseo de la vértebra. Radiológicamente,
los tumores metastásicos pueden ser osteolíticos u osteoblásticos. Cuando
aparecen los signos radiográficos, asumen generalmente la forma de lesiones
osteolíticos. Los tumores primarios pulmonares, renales y tiroideos que
metastizan la columna vertebral son generalmente osteolíticas. El cáncer de
mamas puede ser osteolítico u osteoblástico. El tumor metastásico osteoblástico
más frecuente es el cáncer prostático. En las fases más avanzada de la
enfermedad los cuerpos vertebrales muestran aumento de la densidad ósea
comparada con otras partes de la columna vertebral.
La gammagrafía ósea es sumamente valioso para traer a
la luz “puntos calientes” que indican zonas de destrucción ósea asociadas a la
enfermedad neoplásica.
Ciáticas por tumores
intraespinales.
Los tumores intraespinales constituyen una de las
lesiones que hay que tener más presentes en el diagnóstico diferencial de la
ciática por hernia discal. Del 4 al 5% de los casos intervenidos por hernia
discal presentaban un tumor intraespinal antes del desarrollo de los medios
imagenelógicos potentes que tenemos en la actualidad.
Se han clasificado en intradurales intramedulares,
extramedulares intradurales y extramedulares extradurales.
Desde el punto de vista de la ciática, los más
interesantes son los extramedulares intradurales, que representan el 65% de los
tumores intraespinales. Su forma más frecuente es el neurinoma (schwannoma). Se origina de las células de Schwann[82].
Los neurofibromas,
además de las células de
Schwann, se originan de las células perinuerales y los fibroblastos. Se asocian
con la neurofibromatosis múltiple (Enfermedad de von Recklinghausen).
Los meniogiomas
se originan de la capa de las células aracnoideas, cerca de la raíz nerviosa
creciendo lateralmente. Se pueden originar también de los fibroblastos de la
piamadre o de la duramadre.
Los ependimomas
del fillum terminale: se originan en
la porción intradural proximal del fillum terminale. Su forma histológica más
frecuente es la mixopapilar. Se
pueden tener también en el fillum
terminale lesiones tumorales como oligodendrogliomas,
paraganglioglioma (se origina de las
crestas neurales; emerge del fillum terminale o cola de caballo, es
benigno) y astrocitomas.
Otros tumores intradurales
extramedulares son los tumores
dermoides, epidermoides, lipomas, teratomas y quistes neuroentéricos. Son tumores y quistes de inclusión que resultan de
trastornos embriogénicos[82].
Los tumores extramedulares intradurales son de gran
interés porque, asentados en una raíz nerviosa, pueden dar lugar a un síndrome
monorradicular neto y violentísimo, pero sujeto a remisiones espontáneas, en el
que faltan durante largo tiempo los trastornos de esfínteres.
En general el diagnóstico es muy difícil en la fase radicular de los
neurinomas. En la fase compresiva, el diagnóstico se basa en los signos
clínicos y radioscópicos de las compresiones medulares[59].
Los tumores intramedulares están representados generalmente por los
gliomas y las malformaciones vasculares. Estos tumores producen marcados signos
y síntomas neurológicos presentándose con debilidad muscular y pérdida de la
sensibilidad además del dolor lumbar[21].
En los tumores extramedulares los dolores y la rigidez de la espalda
preceden a los signos de la lesión de la médula espinal/cola de caballo. Por la
clínica es difícil distinguir un tumor extramedular intradural de un tumor
intramedular. La prueba de Quenkensted es positiva, con bloqueo precoz del
líquido cefalorraquídeo en los tumores extramedulares mientras que es
generalmente negativa en los intramedulares. La disociación de la sensibilidad
es más frecuente en los tumores intramedulares mientras que el dolor radicular
constituye la regla de los tumores extramedulares[59].
CAUSAS TRAUMÁTICAS.
Los trastornos traumáticos constituyen una causa muy
frecuente de dolor lumbar. En las lesiones agudas severas, el médico examinante
debe evitar cuidadosamente todo ulterior daño. En las pruebas de motilidad,
todos los movimientos deben ser mantenidos al mínimo, hasta haber establecido
un diagnóstico aproximado e instituido las medidas adecuadas para el mejor
cuidado del paciente. Si éste se queja
de dolor en la espalda y no le es posible mover las piernas, puede estar
fracturada la columna y comprimida la médula en su interior[51].
Fracturas vertebrales. Las fracturas del
cuerpo vertebral lumbar
son habitualmente el resultado de lesiones de flexión. Tal traumatismo puede
ocurrir en una caída desde cierta altura (en cuyo caso muchas veces también
resultan fracturados los calcáneos), o como consecuencia de accidentes
automovilísticos u otras acciones violentas. Cuando las fracturas se producen
con traumatismo mínimo (o de manera espontánea), cabe presumir que el hueso
estaría debilitado por algún proceso patológico. La mayor parte de las veces, particularmente en individuos
de edad avanzada, la osteoporosis es la causa de la lesión, pero hay muchas
otras causas que pueden también producirla, entre las que figuran la
osteomalacia, el hiperparatiroidismo, hipertiroidismo, mieloma múltiple,
carcinoma metastático y un buen número de afecciones locales. El espasmo de los músculos lumbares
inferiores, la limitación de movimientos de la porción lumbar del raquis y el
aspecto radiológico de la porción
lumbar lesionada (con anormalidades neurológicas o sin ellas) constituyen la
base del diagnóstico clínico. El dolor suele ser inmediato, aunque en ocasiones
su aparición puede postergarse por varios días[51].
Las fracturas
de las apófisis espinosas, que casi siempre van asociadas a desgarros de los músculos
paravertebrales, ocasionan sensibilidad profunda en la sede de la lesión,
espasmo muscular y limitación de todos los movimientos que tensan los músculos
lumbares. Los hallazgos radiológicos confirman el diagnóstico. En algunas
circunstancias, el desgarro de los músculos paravertebrales puede ir asociado a
extensa hemorragia en el espacio retroperitoneal y shock profundo[51].
Esguinces, torceduras y desajustes. Los términos esguince, torceduras y
desajustes lumbosacros se utilizan en forma un tanto vaga por la mayoría de los
médicos y quizá ya no sea posible diferenciar entre ellos. Lo que en otro
tiempo se consideraba un esguince o una torcedura sacroilíaca, hoy sabemos que
se debe, en la mayor parte de los casos, a enfermedad de disco. Los autores
prefieren el término “desajuste” o “torcedura” lumbar para las lesiones menores
y autolimitadas que habitualmente se asocian a un esfuerzo para levantar un objeto
muy pesado, una caída o una desaceleración brusca, como puede suceder en un
accidente de automóvil. En ocasiones, estos síndromes son de naturaleza más
crónica, lo que indicaría que factores posturales, musculares o artríticos
pueden desempeñar un papel importante. La molestia de la torcedura lumbar por
esfuerzo excesivo es a menudo severa, y el paciente a veces adopta posturas
inusuales asociadas al espasmo de los músculos sacroespinales. El dolor está,
por lo común, confinado a la parte inferior de la espalda y casi siempre es
aliviado por el reposo. La causa más común es el esfuerzo por levantar objetos
pesados con la columna vertebral en una posición de equilibrio mecánico
imperfecto, como cuando se quiere levantar algo y girar el cuerpo al mismo tiempo.
Los movimientos bruscos inesperados son particularmente propensos a causar este
tipo de lesiones[51].
El diagnóstico de las torceduras lumbosacras y
sacroilíacas que constituyen una
lesión de las diversas estructuras de la parte inferior de la espalda
dependen de la descripción de la lesión y de la localización del dolor por el
paciente, del hallazgo de sensibilidad localizada y el aumento del dolor cuando
se someten a tensión las estructuras interesadas mediante maniobras apropiadas. El rápido alivio del dolor por el
reposo y la relajación indica la existencia de una torcedura. La velocidad de
recuperación depende del grado del daño, de enfermedad de disco preexistente,
etc[51].
CAUSAS MECÁNICAS.
Condición músculo esquelética pobre y el dolor postural de la espalda .
Muchas personas esbeltas, asténicas y algunos
individuos obesos de mediana edad tienen molestias o incomodidad en la espalda.
El dolor persiste la mayor parte del tiempo e interfiere con su eficacia en el
trabajo. El examen físico no da resultados dignos de nota, salvo una cierta
flojera muscular e inadecuación postural. El dolor es generalizado y difuso en
la región media e inferior de la espalda; característicamente, es aliviado por
el reposo e inducido por el mantenimiento de una postura determinada durante un
período prolongado. Las mujeres delgadas, tensas y activas suelen quejarse de
dolor en el cuello y entre los omoplatos, que parece estar relacionado con la
rigidez o tirantez de los músculos trapecios.
Muchachas y muchachos adolescentes se hallan sujetos
a una forma oscura de afección epifisaria de la columna vertebral (enfermedad
de Scheuermann) que, a lo largo de un período de dos o tres años, puede
ocasionar dolor de espalda durante el ejercicio físico[23].
Hiperlordosis. Esta
condición se ve generalmente en personas mayores, a menudo, obesas, en
pacientes con una postura pobre, aunque también puede ocurrir en pacientes
adultos jóvenes con articulaciones hipermóviles. La hiperlordosis estrecha el
foramen intervertebral, y el receso lateral al
hacer que la apófisis articular superior de la vértebra inferior ejerza un
efecto de pinzamiento sobre la raíz nerviosa mientras que la apófisis articular
inferior de la vértebra superior juega un papel similar repercutiendo en el
canal central. Los pacientes dan una historia de dolor radicular severo durante
la estación de pie que se alivia al sentarse o flexionar el tronco. Esto sucede
porque el atrapamiento radicular se alivia cuando el paciente flexiona el tronco. La pérdida de peso y un
programa de ejercicios abdominales ayudarían a aliviar los síntomas[23].
CAUSAS INFLAMATORIAS
INFECCIOSAS.
Las espondilitis infecciosas pueden producir, y en
ocasiones lo hacen precozmente, irritación radicular. Cuando la espondilitis se
localiza en la región lumbar baja las raíces afectadas serán las del ciático.
La infección
de la columna vertebral
es habitualmente el resultado de la acción de organismos piógenos (estafilococos o bacilos
coliformes) o de tuberculosis, los cuales a menudo
son difíciles de distinguir sobre la base de las observaciones clínicas. Los pacientes con los dos tipos de
infección se quejan de dolor en la espalda, de naturaleza aguda o crónica, que
se exacerba con el movimiento pero que no se alivia con el reposo. El movimiento
se hace limitado y hay sensibilidad sobre el raquis en los segmentos afectados
y dolor con chasquidos de la columna, como sucede al andar sobre los talones.
Habitualmente, estos pacientes son afebriles y no presentan leucocitosis. La
velocidad de eritrosedimentación aparece generalmente elevada. Las radiografías
muestran a veces estrechamiento de un espacio discal, con erosión y destrucción
de las dos vértebras adyacentes. Puede estar presente una masa de tejido blando
que indicaría un absceso, el cual, en el caso de la tuberculosis, drena
espontáneamente en zonas muy alejadas de la columna vertebral[23,51].
Infecciones piógenas agudas. Estas infecciones generalmente se adquieren por vía
hematógena desde un punto primario cualquiera de la economía. En los pacientes
más jóvenes la puerta de entrada es usualmente el tracto respiratorio y el
agente patógeno más frecuente es el estafilococo. En los pacientes de
mayor edad, el tracto génito urinario se implica con frecuencia, especialmente
después de procederes manipulativos urológicos, siendo su patógeno más probable
el bacilo gram-negativo. Las heridas
quirúrgicas infectadas en los pacientes de todas las edades pueden resultar en
la formación de un absceso localizado o una sepsis generalizada. Ambos pueden
contribuir al desarrollo de infecciones vertebrales piógenas[23,51,59].
La infección del espacio discal asociada con dolor
severo de la espalda baja puede desarrollarse después de 1 a 8 semanas de la
cirugía discal. Puede o no existir signos locales o sistémicos de infección
presentándose en la escena clínica solo el dolor extremadamente severo de la
espalda baja. La temperatura generalmente es normal y la única alteración del
laboratorio existente puede ser la eritrosedimentación acelerada[23].
Especial mención merecen los abscesos epidurales espinales, que requieren tratamiento
quirúrgico urgente. Por lo común, esos abscesos se deben a estafilococos,
y a veces a pseudomonas, que pueden ser
introducidos por una aguja de punción lumbar contaminada o por la inyección de
un fármaco. El síntoma principal es un dolor localizado que se presenta
espontáneamente y es intensificado por la percusión y la presión en las
apófisis espinosas vertebrales; el dolor va acompañado a veces de irradiación
radicular. Una paraplejía fláccida de rápido desarrollo que aparece en un
paciente febril debería indicar compresión de la médula espinal por un absceso
epidural. Asimismo, la artritis reumatoide o una hemorragia (como sucede a
veces en la terapéutica anticoagulante o en malformaciones vasculares) puede
dar lugar a una forma no inflamatoria de compresión epidural aguda[23,51].
Infecciones crónicas. La osteomielitis crónica es otra causa discapacitante de la
espalda baja. Esta infección es común generalmente en los países con alta incidencia
de drogadicción. El uso de agujas no estériles en medios insalubres puede
llevar a una septicemia aguda con su osteomielitis correspondiente. La brucela o la microbacteria son organismos patógenos que también pueden
incursionar como causante de infecciones espinales crónicas[23].
La tuberculosis
vertebral es
todavía la mayor causa de dolor lumbar en los países subdesarrollados. En los
países desarrollados debido al hacinamiento como problema urbano
de la mayoría de estos países hay una reemergencia de la diseminación de
enfermedades infecciosas entre las que aparece la tuberculosis. Otro factor
responsable de la reaparición de la tuberculosis de los países desarrollados es
el SIDA. La infección empieza en el área trabecular del cuerpo vertebral
causando una reacción exudativa con marcada hiperemia y osteoporosis severa
generalizada. El cuerpo vertebral se rinde fácilmente ante las fuerzas
compresivas y se colapsa. A medida que progresa la infección, destruye la
corteza epifisaria, el disco intervertebral y sus vértebras adyacentes.
Ocasionalmente el tejido de granulación puede comprimir la médula espinal/cola
de caballo para producir síntomas neurológicos. Producto de la infección se
pueden formar abscesos que hacen un proceso de disección siguiendo los planos
fasciales. Uno de estos abscesos relativamente frecuentes en la clínica es el
absceso de psoas que puede drenar espontáneamente en la región inguinal. Además
del dolor lumbar la tuberculosis vertebral cursa con síntomas y signos
generales como la debilidad, anorexia, pérdida de peso, sudoración nocturna y
fiebres vespertinas.
La espondilitis más importante como causa de ciática
es el mal de Pott, el cual puede dar
lugar a dos cuadros radiculares bien distintos:
1.
El
más frecuente consiste en un síndrome
compresivo difuso de la cola de caballo, que se manifiesta por déficit
motor de las extremidades inferiores, trastorno de esfínteres y radiculitis,
generalmente polirradiculitis. Se
debe a la aracnoiditis localizada que se desarrolla junto al foco espondilítico[59].
2.
Mucho
menos frecuente, pero de extraordinario interés para el diagnóstico diferencial
con la hernia discal, es la hernia de un
absceso tuberculoso intradiscal, el cual da lugar a una ciática
monorradicular análoga a la que produce la hernia del núcleo pulposo. El
diagnóstico se hará teniendo en cuenta todos los signos que hablan a favor del
mal de Pott, como rigidez lumbar intensa con limitación de los movimientos
en todos los sentidos, acentuada contractura muscular que no cede con el reposo en
decúbito, alteración del estado general, febrícula, velocidad de sedimentación
globular elevada y el antecedente de haber padecido algún proceso fímico. Debe
saberse que la falta, en las imágenes
radiológicas, de erosiones o lesiones destructivas de los cuerpos vertebrales
no excluye totalmente el diagnóstico de tuberculosis si los demás signos
clínicos hablan a favor de ella[59].
En la
espondilitis brucelar
no es raro observar radiculitis ciática, en general en relación con la reacción
meningorradicular que acompaña a la mayoría de procesos espondilíticos. No
obstante, estas ciáticas quedan muy en segundo plano ante la agudez del proceso espondilítico. Los mismos conceptos son
aplicables a las espondilitis
estafilocóccicas..
CAUSAS INFLAMATORIAS NO INFECCIOSAS.
Artritis de la columna.
La enfermedad artrítica de la columna vertebral
adopta dos formas: espondilitis anquilosante (la más común) y artritis
reumatoide.
La espondilitis
anquilosante (llamada
también artritis de Marie-Strümpel) afecta predominantemente a los varones
jóvenes. Afecta primariamente a la columna vertebral y las articulaciones
sacroilíacas. En los varones jóvenes, sin embargo, la disminución de la
expansibilidad torácica causada por el compromiso de las articulaciones
costovertebrales, generalmente antecede al cuadro sacroilíaco. La queja
principal es el dolor, habitualmente centrado en la región lumbar, al menos en
las fases precoces de la enfermedad. A menudo irradia a la parte posterior de
los muslos y a las ingles. Al principio, los síntomas son vagos (impedimento,
dolor y cansancio en la espalda) y el diagnóstico puede pasarse por alto
durante muchos años. Aunque el
dolor es recurrente, la limitación de movimientos es constante y progresiva, y
con el transcurso del tiempo tiende a dominar el cuadro. Ya en los primeros
estadios de la enfermedad, esa limitación de movimientos es experimentada como rigidez o envaramiento matinal o como creciente
rigidez después de períodos de inactividad; estos rasgos pueden estar presentes
mucho antes de que se manifiesten los cambios radiológicos. También pueden
presentarse, precozmente en el curso de la enfermedad, una limitación de la
expansión torácica, sensibilidad en el esternón y tendencia a la flexión de las
caderas. Las manifestaciones radiológicas son, en primer lugar, la destrucción
y subsiguiente obliteración de las articulaciones sacroilíacas, seguida por la
formación de un puente óseo entre los cuerpos vertebrales, que produce el
característico espinazo de bambú como lo llaman coloquialmente.
Cuando esto acontece, el raquis entero queda inmovilizado y habitualmente el
dolor remite, pero el paciente tiene escaso movimiento de la espalda y el
cuello. Formas indiferenciables de la espondilitis anquilosante pueden
acompañar también el síndrome de Reiter, la psoriasis y las enfermedades
inflamatorias del intestino[51].
En ocasiones, la espondilitis anquilosante se
complica por la presencia de lesiones vertebrales destructivas. Hay que
sospechar esta complicación todas las veces que el dolor retorna después de un
período de calma o se hace generalizado. No se conoce la causa de estas
lesiones, pero podrían representar una respuesta a la falta de unión de
fracturas con una producción excesiva de tejido inflamatorio fibroso. Rara vez dan lugar al hundimiento de un
segmento vertebral y a compresión de la médula espinal. La espondilitis
anquilosante de una naturaleza muy severa puede abarcar ambas caderas,
acentuando considerablemente la deformidad e incapacitación de la espalda[51].
La espondiloartritis
anquilosante
produce ciática radicular con gran rareza. Lo habitual es que en esta
enfermedad se presenten dolores referidos a la cara posterior de los muslos,
que tienen su origen en la sacroilitis bilateral típica de esta enfermedad.
Tales dolores no deben ser confundidos con las verdaderas ciáticas[51].
Artritis reumatoidea. Este proceso patológico afecta al tejido conectivo
mesenquimatoso particularmente a las caderas y las articulaciones de las manos
y puede causar dolor lumbar severo como resultado de la degeneración del disco
intravertebral y del tejido conectivo. La artritis rematoidea ocurre 3 veces
más en las mujeres que en los hombres, en el grupo etareo de 25 a 45 años. En
los niños esta condición se conoce como la enfermedad de Still.
A diferencia de la espondilitis anquilosante la
artritis rematoidea rara vez queda confinada a la columna vertebral. Debido a
que afecta de manera importante a otras articulaciones el diagnóstico es
relativamente fácil de establecer aunque en pacientes con enfermedad
generalizada se puede pasar por alto el significativo compromiso de las uniones
apofisarias cervicales y la articulación atlantoaxial para expresarse
clínicamente en dolor, rigidez o envaramiento y la limitación de los
movimientos en el cuello[23,51].
Fibromialgia.
La fibromialgia es
una enfermedad crónica que ocasiona a quien la padece dolor en múltiples
localizaciones del cuerpo y un cansancio generalizado. Hace años este proceso
se reconocía con el nombre de fibrositis, sin embargo no se ha demostrado que
haya inflamación (la terminación -itis significa inflamación), por lo que se ha
adoptado el nombre actual. La palabra fibromialgia significa dolor en los
músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones). Es por este motivo una
enfermedad reumática más entre las muchas existentes. El reumatólogo
diagnostica la fibromialgia cuando encuentra en una persona determinada unas
alteraciones que concuerdan con las que han sido recientemente fijadas por
expertos para su diagnóstico. Se cree que los síntomas en esta enfermedad sean
debidos a una disminución de las sustancias que habitualmente protegen a los
seres humanos del dolor.
La fibromialgia es frecuente, ya que la padece entre el 1 y el 3% de la
población. Puede presentarse como única alteración (fibromialgia primaria) o
asociada a otras enfermedades (fibromialgia concomitante). La fibromialgia ha
sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud recientemente y hasta
ahora no ha formado parte de las materias que se enseñaban en las Facultades de
Medicina. Además la fibromialgia confunde, ya que casi todos sus síntomas son
comunes a otras alteraciones y además no tiene una causa conocida. Es corriente
que antes de que se llegue al diagnóstico definitivo se haya acudido a
diferentes médicos de diversas especialidades (digestivo, corazón,
psiquiatría...). Algunas personas con fibromialgia pueden estar disgustadas
porque los médicos no consideren que esta entidad sea una enfermedad seria. Es
más, con frecuencia los mismos familiares acaban dudando de la veracidad de las
molestias que el enfermo refiere, puesto que el médico les argumenta que los
análisis y las radiografías son normales. Las múltiples molestias que ocasiona
la fibromialgia a quien la sufre, sumadas al hecho de que, con frecuencia, no
sea identificado el proceso patológico, ocasionan inquietud en el enfermo. Por
este motivo, muchos pacientes con fibromialgia ganan mucho si reciben una
explicación detallada sobre la naturaleza de su proceso y así comprenden sus
propias limitaciones y hacen los cambios pertinentes en su estilo de vida.
Etiopatogenia
Se han descrito casos de fibromialgia que comienzan después de procesos
eventuales, como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de
automóvil, la separación conyugal o el divorcio, un problema con los hijos,
entre otras. En otros casos aparece después de que otra enfermedad conocida
limite la calidad de vida del enfermo (artritis reumatoide, lupus
eritematoso...).
Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que
lo que probablemente hacen es despertarla en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su
capacidad de respuesta a determinados estímulos.
Aunque aún no se sabe con certeza, es probable que una respuesta anormal
a los factores que producen estrés desempeñe un papel muy importante en esta
enfermedad. Los estudios médicos en la fibromialgia se han orientado a analizar
si hay:
-
lesiones en los
músculos,
-
alteraciones en el sistema inmunológico,
-
anomalías psicológicas,
-
problemas hormonales
-
alteraciones en
los mecanismos protectores del dolor.
Se han detectado en el
sistema nervioso de personas con fibromialgia, niveles bajos de algunas
sustancias importantes en la regulación del dolor (particularmente la
serotonina). Están empezando a aparecer muchos datos prometedores pero aún bajo
investigación.Los posibles mecanismos enmarcados en un ciclo vicioso
implicados en la fibromialgia son:
La ansiedad y la
depresión se presentan con igual frecuencia en la fibromialgia que en otras
enfermedades dolorosas crónicas como pueden ser la lumbalgia o la artritis
reumatoide. Por este motivo no se cree que sean fundamentales en la causa de la
enfermedad, pero sí en el aumento de los síntomas.
Manifestaciones
clínicas
Síntoma cardinal
El síntoma más importante de la fibromialgia es el dolor. La persona que
busca la ayuda del médico suele decir "me
duele todo". La localización del dolor es difuso, afectando una gran
parte del cuerpo. En unas ocasiones el dolor ha comenzado de forma
generalizada, y en otras en un área determinada como el cuello, el hombro, la
columna lumbar...etc y desde ahí se ha extendido.
Carácter
El dolor de la fibromialgia se puede describir por quien lo padece como
quemazón, molestia o desazón. A veces pueden presentarse espasmos musculares.
Factores exacerbantes
Con frecuencia los síntomas
varían en relación con la hora del día, el nivel de actividad, los cambios
climáticos, la falta de sueño o el estrés.
Síntomas acompañantes
En la fibromialgia, los
compañeros de formula del dolor pueden ser la rigidez generalizada, sobre todo, al levantarse por las mañanas y
la sensación de hinchazón mal delimitada en manos y pies. También pueden
notarse hormigueos poco definidos que afectan, de forma difusa, sobre todo, a
las manos.
Otra alteración característica de la fibromialgia es el cansancio que se mantiene durante casi
todo el día. Las personas que padecen la fibromialgia tienen una mala tolerancia al esfuerzo físico. Se
encuentran como si se les hubiera agotado el combustible("como si se les
hubieran propinado una contudente paliza"). Este hecho condiciona que
cualquier ejercicio de intensidad poco corriente, les ocasione dolor, haciendo
que lo eviten. La consecuencia es que cada vez se hacen menos esfuerzos, la
masa muscular se empobrece y el nivel de tolerancia al ejercicio desciende aún
más.
El 70% de los pacientes con fibromialgia se quejan de tener un sueño de
pobre calidad ("me levanto más cansado de lo que me acuesto"),
empeorando el dolor los días que duermen mal. Los investigadores encuentran que
los pacientes con fibromialgia se duermen sin problema, pero su sueño al nivel
profundo se ve interrumpido. Los registros electroencefalográficos están
alterados en el sentido de que, en esta fase, se detectan unas ondas similares
a las que mantienen la actividad alerta del cerebro. No se sabe si estas ondas
están relacionadas con la causa de la enfermedad o si bien constituyen su
consecuencia. Las personas con fibromialgia padecen, con mayor frecuencia que
las sanas ansiedad y depresión, así como cefaleas, dolores menstruales, el
llamado colon irritable, sequedad en la boca y trastornos de la circulación en
las manos y los pies.
El impacto que la fibromialgia origina en la calidad de vida de quien la
padece es muy variable de unas personas a otras.
Enfoque diagnóstico
El diagnóstico de
fibromialgia se hace en base a los
síntomas señalados y los datos al
examen físico. Para hacer el diagnóstico hay que experimentar, por lo menos, 3 meses de dolores
diseminados por todo el cuerpo.
En la exploración
física de la persona que padece fibromialgia, el médico identifica dolor a la
presión en unos puntos determinados del cuerpo. Cuando los puntos dolorosos
sobrepasan 11 de los 18 sensibles del cuerpo (propuestos por el American
College of Rheumatoly))en una persona con dolor generalizado, se puede hacer el diagnóstico de fibromialgia. Otra
alteración que se encuentra en la exploración de una persona con fibromialgia
es la mayor facilidad para el
enrojecimiento de la piel al
presionar con la mano en cualquier lugar del cuerpo. Esta es la consecuencia
de pequeñas alteraciones en la regulación de los sistemas de irrigación
sanguínea a la piel. Se está investigando de forma exhaustiva en todo el mundo
para encontrar otros métodos de diagnóstico. Ya hay algunos resultados
prometedores con algunos tests, pero por el momento ninguno es de aplicación a
corto plazo.
Estudios complementarios
Los análisis y las radiografías en esta enfermedad son normales y sirven
fundamentalmente para descartar otras enfermedades que se puedan asociar a la
fibromialgia. Los modernos métodos diagnósticos como la resonancia nuclear
magnética o la tomografía computadorizada no son necesarios cuando el médico
conoce la enfermedad y los elementos necesarios para su diagnóstico, salvo para
el estudio de problemas concretos independientes de la fibromialgia.
Excepto con fines de investigación, tampoco son útiles estudios
especiales del sueño.
Tratamiento
A pesar de que se puede conseguir una gran mejoría en la calidad de vida
de la persona con fibromialgia, en el momento actual no existe un tratamiento
que produzca la curación definitiva de esta enfermedad. Los pasos a seguir para
el correcto tratamiento de la fibromialgia son:
-
el
diagnóstico firme
-
la explicación de la naturaleza de la
enfermedad
-
la educación para evitar los factores
agravantes
-
el tratamiento de las alteraciones
psicológicas asociadas si las hay
-
el
cambio de comportamiento
-
el
ejercicio físico
-
el tratamiento con medidas locales como
infiltraciones y masajes y el uso de analgésicos y otros medicamentos que
aumenten la tolerancia al dolor.
Respecto del diagnóstico firme hay que señalar que el saber que se tiene
esta enfermedad va a ahorrar una peregrinación en busca de diagnósticos o
tratamientos, va a reducir la ansiedad que produce encontrarse mal sin saber
por qué y va a ayudar a fijar objetivos concretos.
En cuanto a la naturaleza de la enfermedad hay que aclarar que la
fibromialgia no tiene nada que ver con el cáncer, no destruye las
articulaciones, y no ocasiona lesiones irreversibles ni deformidades. Es
necesario evitar los factores que agravan los síntomas. En general si hay
alteraciones al caminar (una pierna más corta que otra, calzado inadecuado,...)
habrá que corregirlos con alzas, plantillas o zapatos correctores. Si se
adoptan posturas forzadas y poco naturales, se fuerzan las inserciones de los
músculos que se hacen dolorosas. Por este motivo habrá que cuidar los asientos
en el trabajo o en la casa. Hay que evitar levantar o sostener pesos para los
que la musculatura de la persona en cuestión no está preparada.
La obesidad es un factor de sobrecarga músculotendinosa. Por este motivo
se recomienda pérdida de peso en las personas obesas con fibromialgia. La
ansiedad y la depresión no son la causa de la fibromialgia, pero cuando se
asocian a esta enfermedad hacen que su tratamiento sea más difícil; por este
motivo es fundamental buscar la presencia de estos problemas y su tratamiento
si existen, con la colaboración del psiquiatra.
Hay que adecuar el comportamiento al padecimiento de esta enfermedad. No
basta con ir a buscar los medicamentos al médico. Una actitud positiva ante las
cosas de cada día es fundamental. Uno de los elementos claves de la
fibromialgia es el saber que la excesiva preocupación por los pequeños
problemas, está en la raíz de la enfermedad. Por este motivo hay que procurar
un cambio de mentalidad tanto en el enfermo como en los que le rodean, buscando
un ambiente familiar relajado y libre de exigencias constantes. Es conveniente
marcarse objetivos diarios que se sepa que se pueden cumplir (ir a comprar a
tal sitio, no dejar de hacer aquello que se había previsto, intentar no dar a
los pequeños problemas de cada día más importancia de la que tienen...)
De todas las medidas que se han empleado en el tratamiento de la
fibromialgia, el ejercicio físico y una adecuada fortaleza muscular son, sin
duda, las más eficaces. Es evidente que el ejercicio por encima de la capacidad
física del individuo empeora el dolor, lo que invita a abandonarlo. Por eso
esta fortaleza muscular se ha de conseguir poco a poco. Pasear, caminar en un
tapiz rodante o nadar en una piscina climatizada pueden servir para iniciar el
entrenamiento físico.
Después es mejor el ejercicio en grupos formados en gimnasios o centros
de rehabilitación, pero cualquiera vale siempre que no dañe a las
articulaciones. Los masajes, los ejercicios de estiramiento muscular, el calor
local y algunos tipos de electroterapia ("corrientes"), pueden ser
eficaces de forma secundaria. Las inyecciones locales de los puntos dolorosos
con anestésicos locales, sobre todo si luego se siguen de un masaje local, son
de gran ayuda para los dolores localizados intensos.
Los calmantes o analgésicos pueden ayudar de forma puntual. La mayoría de los enfermos con fibromialgia los toman, pero su eficacia es parcial y nunca deben ser el único tratamiento. Hay un grupo de medicamentos, que actúan entre otros mecanismos de acción, aumentando los niveles de serotonina, y que mejoran los síntomas en un buen número de enfermos. En general son fármacos antidepresivos usados a dosis más bajas que las que son precisas en la depresión. En la fibromialgia aumentan el nivel de percepción del dolor, por lo que el estímulo ha de ser más intenso para producir el mismo dolor. Tardan en actuar 2 a 3 semanas, por lo que hay que tener un poco de paciencia. A veces sobre todo los primeros días de seguir estos tratamientos el paciente puede levantarse peor (como si le hubieran dado una paliza). Hay que aguantar un poco, ya que estos síntomas desaparecen solos. Una buena táctica puede ser empezar a tomarlos durante un fin de semana.
Los calmantes o analgésicos pueden ayudar de forma puntual. La mayoría de los enfermos con fibromialgia los toman, pero su eficacia es parcial y nunca deben ser el único tratamiento. Hay un grupo de medicamentos, que actúan entre otros mecanismos de acción, aumentando los niveles de serotonina, y que mejoran los síntomas en un buen número de enfermos. En general son fármacos antidepresivos usados a dosis más bajas que las que son precisas en la depresión. En la fibromialgia aumentan el nivel de percepción del dolor, por lo que el estímulo ha de ser más intenso para producir el mismo dolor. Tardan en actuar 2 a 3 semanas, por lo que hay que tener un poco de paciencia. A veces sobre todo los primeros días de seguir estos tratamientos el paciente puede levantarse peor (como si le hubieran dado una paliza). Hay que aguantar un poco, ya que estos síntomas desaparecen solos. Una buena táctica puede ser empezar a tomarlos durante un fin de semana.
Pronóstico:
Respecto
al pronóstico los estudios a largo plazo sobre fibromialgia han demostrado que
se trata de una enfermedad crónica, pero los síntomas oscilan y varían en
frecuencia e intensidad. El futuro respecto del tratamiento de esta enfermedad
es esperanzador, ya que las investigaciones sobre fibromialgia están
progresando con rapidez. Son especialmente relevantes los avances en el
conocimiento de los mecanismos físicos y químicos que se producen en nuestro
cuerpo en respuesta a estímulos externos, como el estrés.
Aracnoiditis
La inflamación de la aracnoides desempeña un papel
importante en la mayoría de radiculitis ciáticas producidas por espondilitis
infecciosas. En estos casos se
trata de aracnoiditis circunscritas secundarias al proceso vertebral. Pero
también otros tipos de aracnoiditis parecen que pueden dar lugar a un síndrome
irritativo o compresivo difuso, es decir, polirradicular de la cola de caballo,
con dolores, síntomas motores y trastornos de los esfínteres.
La punción lumbar muestra disociación citoalbúminosa, es decir, gran aumento de células en
contraste con un ligero aumento de albúmina; precisamente lo contrario de lo
que sucede en la hernia discal y en los tumores intraespinales[23].
CAUSAS DEGENERATIVAS
Espondilosis (degeneración
discal). Constituye una
degeneración del disco con cambios reactivos a nivel de los cuerpos vertebrales
adyacentes y el ligamento vertebral longitudinal común posterior, que termina
en la formación de barras espondilóticas. La espondilosis a menudo es
asintomática y se descubre generalmente como un hallazgo radiológico cuando se
estudia al paciente por otras causas. Este es el hallazgo radiológico más común
en los pacientes de edad mediana y en los pacientes ancianos que sufren de dolor lumbar. Los síntomas
generalmente ocurren cuando la fatiga o una lesión traumática atenta contra la
homeostasia normal de la columna.
He aquí que el diagnóstico de
espondilosis debe plantearse solo cuando todas las otras posibles causas del
dolor lumbar hayan sido excluidas[23].
Osteoartritis (degeneración de
las facetas articulares). Siendo
la causa más común de trastorno degenerativo de la columna, la osteoartritis es
un fenómeno de desgaste y ruptura
que se asocia con cambios degenerativos a nivel del cartílago articular. En la
columna vertebral las facetas articulares están involucradas en este proceso.
Los traumas menores a repetición secundarios a una actividad atlética excesiva
durante la adolescencia y la temprana adultez juegan un papel importante aunque
factores como la herencia y la obesidad también son considerados como
importantes.
Las enfermedades degenerativas tales como la espondilósis (a nivel del
disco) y la osteoartritis (a nivel de las facetas articulares) de las vértebras
lumbares pueden desembocar en estenosis espinal. La formación de los osteofitos
en la periferia del cuerpo vertebral o las facetas articulares pueden causar
estenosis central del canal espinal y/o estenosis lateral del canal (foramen neural
y receso lateral). La estenosis
consecuente llevará a una presión o tensión sobre las raíces de la cola de
caballo o sobre las raíces lumbares principales. Esto es lo que se denomina síndrome del atrapamiento radicular.
Patogenia del atrapamiento
radicular. El disco
intervertebral y las facetas articulares bilateralmente comprenden a cada nivel
vertebral lo que se llama el complejo
triarticular. Existen dos tipos de lesión reconocidas como los que inician
el proceso degenerativo a nivel del complejo triarticular:
1.
Lesiones secundarias a esfuerzos rotacionales
recurrentes. Constituye una
causa de degeneración de las facetas articulares y el disco intervertebral.
2.
Lesiones compresivas menores. Actúan más lentamente afectando primero al
disco y después a la facetas articulares causándoles cambios degenerativos.
Inicialmente la degeneración ocurre más frecuentemente a nivel de las vértebras
L4 y L5 porque las articulaciones facetarias a estos niveles están alineados de
forma oblicua, haciendo que sean más susceptibles a lesiones rotatorias
recurrentes por esfuerzos excesivos. La
forma en cuña que presentan los
discos intravertebrales a este nivel también aumenta el riesgo de cambios
degenerativos.
Los cambios patológicos a nivel de los elementos posteriores del complejo
triarticular generalmente empiezan con sinovitis
a nivel de las facetas articulares diartroideas. A medida que progresa el
proceso patológico, las articulaciones empiezan a degenerarse y pueden
desarrollar osteofitos. La fractura del
cartílago articular y la laxitud
capsular pueden eventualmente terminar en una inestabilidad, que se intensifica por la pérdida de la altura discal que sigue a los cambios degenerativos
dentro del disco.
Aunque los cambios degenerativos en las facetas articulares o los discos
intervertebrales pueden ser suficientes para producir dolor, los cambios
patológicos más significativos se ven cuando ambos elementos del complejo
triarticular se afectan. Estos cambios pueden llevar a lesiones combinadas que
producen estenosis lateral y central del canal de forma simultánea. La
herniación del núcleo pulposo puede causar tanto la estenosis central como
lateral del canal. Sin embargo generalmente es la combinación de la subluxación
osteoartritica y el engrosamiento de las facetas articulares junto con la
reabsorción del disco la que resulta en un atrapamiento radicular lateral. La
pérdida de la altura discal junto con los cambios a nivel de la faceta
articular es otra indicación de la estenosis espinal. La faceta articular
superior de la vértebra inferior se ha movido hacia arriba y hacia delante
sobre la faceta inferior de la vértebra superior y el foramen intervertebral se
ve marcadamente estrecho. Los osteofitos sobre la porción anterior de la faceta
articular superior o sobre la porción superior del cuerpo vertebral pueden
producir estenosis lateral del canal adicionalmente. El engrosamiento artrítico
de las facetas superiores generalmente resultan en estenosis lateral del canal
mientras que el engrosamiento de las facetas articulares inferiores causan con
mayor propensidad la estenosis central del canal. Ambos procesos generalmente empiezan a nivel de L4-L5, y si se
mantienen los esfuerzos excesivos recurrentes se puede pasar de una estenosis
monosegmentaria, a nivel de L4-L5, a una estenosis multisegmentaria[23].
La estenosis central del canal característicamente causa síntomas vagos
y bizarros y esporádicamente déficit neurológicos. El dolor en el
miembro inferior desencadenado al deambular y aliviado con el reposo, es
frecuente. La estenosis lateral, en contraste, típicamente produce dolor solo
en las nalgas y la porción posterior del muslo sin signos anormales en la
pierna. La mielografía o la tomografía computadorizada confirma el diagnóstico
de estenosis central. La estenosis lateral se diagnóstica con la tomografía
computadorizada o la resonancia magnética.
Hipertrofia del
ligamento amarillo.
Es conocida como causa de lumbociatalgia desde su primera descripción
por Elsberg en 1913.
Los ligamentos amarillos se componen en un 80% de elastina responsable
de su color amarillo, correspondiendo el 20% restante al colágeno tipo I; decreciendo con la edad su capacidad
elongativa. Su espesor normal oscila
entre 2-4 mm (medio 2,8 mm).
Son patológicas con un grosor promedio de 5,1 mm (entre 2,5 y 9,5 mm).
El efecto compresivo depende de la magnitud del engrosamiento y del diámetro
del canal preexistente.
El engrosamiento anormal se caracteriza anatomopatológicamente por una
evidente decoloración de los ligamentos amarillos, con áreas de fibrosis que
reemplazan al tejido elástico.
Se mencionan como factores causales a la gota, hipervitaminosis “A” e
intoxicación por fluor (flourosis).
Acentúa la estenosis del canal en un contexto de cambios degenerativos
discovertebrales.
Excepcionalmente puede ser el único responsable de compresión radicular
de origen no discal. Sólo el 5% de las ciáticas quirúrgicas son de origen no
discal. Este pequeño porcentaje incluye lesiones malformativas, lesiones epidurales e intradurales,
reportándose muy aisladamente en la literatura, casos de lumbociática
secuncdaria a “hipertrofia del ligamento amarillo”.
Es más frecuente en el espacio L4-L5 con estenosis
monosegmentaria por engrosamiento aislado del ligamento amarillo.
En cortes axiales de la resonancia magnética, se puede ver el marcado
espesor ligamentario cuantificándose “visualmente”o por medio de una escala. No
se ve señal de LCR en el plano axial. La grasa de los recesos laterales se
puede ver disminuida.
En T1 de la resonancia magnética,
se ven formaciones isointensas
ubicadas entre los arcos posteriores, proyectándose sobre el canal
raquídeo que interrumpe la grasa epidural, al realizar el corte sagital.
En los cortes sagitales de T2, se ven los ligamentos engrosados e
hipointensos, observándose supresión de la señal brillante del LCR como signo
de estrechamiento del canal, el cual es habitualmente monosegmentario.
La resonancia magnética permite cuantificar en T1 el grado de
engrosamiento ligamentario, y en T2 la estrechez monosegmentaria del canal
resultante[83].
CAUSAS
METABÓLICAS.
Osteoporosis. Este trastorno definido mejor como una
disminución de la masa ósea por unidad de volumen del hueso, constituye la
causa más frecuente del dolor de la espalda baja. La osteoporisis ocurre cuando la reabsorción ósea excede la
producción ósea[23].
La matriz proteica del hueso osteroporótico es normal y las fracturas se
reparan al mismo tiempo que el hueso no osteoporótico. Sin embargo, dado el
adelgazamiento de las trabéculas en el hueso trabecular y la pérdida de hueso
en la superficie cortical, las fracturas son más propensas de ocurrir. Los
cuerpos vertebrales tienen la mayor cantidad relativa de hueso trabecular por
lo que constituyen los sitios más propensos de fracturas. Las fracturas
distales a nivel del radio o en la porción proximal del fémur son también
frecuentes gracias al mismo fenómeno[23].
La osteoporosis es más frecuente en la mujer menopáusica por la
disminución de los niveles de estrógenos. La osteoporosis también se relaciona
con la edad ya que a medida que aumenta la misma, disminuye la eficacia de
absorción del calcio a través del intestino. También puede verse la
osteoporosis relacionada con pobre ingestión de Vit. D que podría llevar al
adelgazamiento del hueso. La vit. D
y la exposición al sol son las condiciones óptimas para la absorción del
calcio. Otros disbalances hormonales como sucede en el síndrome de Cushing
también puede llevar a la osteoporosis[23].
El paciente típico es la mujer menopáusica con dolor de la espalda baja,
con alguna disminución de la talla acompañado con algún grado de cifosis
torácica o lordosis lumbar. Las radiografías de la columna muestran una
disminución marcada de la densidad del cuerpo vertebral y numerosas fracturas
compresivas a lo largo de las vértebras torácicas y lumbares. Los discos
intervertebrales protuyen hacia adentro del cuerpo vertebral. En la región
torácica el colapso de las vértebras condiciona a que asuman el aspecto de
vértebras en “cuña”. Los hallazgos de laboratorio son normales[23].
Aunque el diagnóstico de la osteoporosis pareciera obvio es necesario
excluir otras posibles patológicas como el cáncer primario o secundario. En la radiografía, la osteoporosis no
puede diferenciarse de la osteomalacia que es causada por el fallo de osificación
del hueso debido a una disminución de la disponibilidad del calcio. Solo los
estudios metabólicos y la biopsia ósea pueden determinar la fuente de la
anomalía. La incidencia de la osteomalacia comparada con la osteoporosis
postmenopáusica es bastante baja. El absorbómetro de fotón es la herramienta
diagnóstica menos invasiva disponible para identificar el grado de pérdida de
la masa ósea en un hueso trabecular. Esto debe ofrecerle al médico la
suficiente información para iniciar el tratamiento apropiado como la terapia de
reemplazo de estrógeno, otros suplementos hormonales, la vit. D, el fluor o la
calcitonina[23].
Enfermedad de Paget.
La enfermedad de Paget ósea recibe también el nombre de osteitis
deformante y es un trastorno localizado de la remodelación ósea que puede
comprometer a uno ó varios huesos y en el que tanto la formación como la
reabsorción del tejido óseo se lleva a cabo en una forma acelerada y anómala[51,84].
La mayoría de los trastornos del metabolismo de los
minerales y del hueso, como la enfermedad de Paget son más comunes en pacientes
de edad avanzada. La mayor incidencia de enfermedad de Paget ocurre por encima
de los cuarenta años, alcanzando 3% en algunos países. Gran parte de los casos
cursan asintomáticos, siendo reconocidos por radiografías que han sido
realizadas a los pacientes por diferentes motivos o al hallarse concentraciones
demasiado altas de fosfatasa alcalina[84].
El principal problema radica en una alteración en la
cantidad y función de los osteoclastos, los cuales son más abundantes, de mayor
tamaño y con número superior de núcleos por célula, teniendo además una
capacidad aumentada de resorción de hueso. De la misma forma, los precursores
osteoclásticos son más sensibles a la forma activa de vitamina D ó 1,25-(OH)2D3,
la cual hace que se diferencien en un tiempo corto a osteoclastos maduros.
Dichas características llevan a degradación de la matriz mineralizada y a una
alta tasa de recambio óseo[84].
Desde hace ya varios años, investigadores
descubrieron que tales células presentan inclusiones nucleares y
citoplasmáticas que recuerdan las encontradas en células infectadas por virus.
Fue determinado en estudios posteriores que tales inclusiones reaccionan con
anticuerpos contra ARN mensajero de sarampión, virus sincitial respiratorio y
un virus canino que induce síntomas similares a los de influenza, todos,
miembros de la familia paramixoviridae. Además un trabajo reciente confirmó que
células de la línea eritroide de pacientes con la enfermedad producen ARN
mensajero viral con ocasional expresión del virus[84].
Cuando la osteítis deformante o enfermedad de Paget invade las
vértebras lumbares puede producir una compresión mono o polirradicular intensa,
con alteraciones neurológicas. Es frecuente que este síndrome radicular se
encuentre mezclado con los dolores debidos a las lesiones óseas de las
extremidades inferiores. Es muy rebelde al tratamiento; sólo obedece algunas
veces a la radioterapia. En la actualidad se usa en su tratamiento fármacos
como la calcitonina y los disfosfonatos y en casos muy especiales recursos más
enérgico para inhibir esa absorción exagerada. Se citan casos en que es
necesario practicar una foraminotomía descompresiva a causa de la intensidad y
persistencia del dolor[84].
CAUSAS VASCULARES.
Aneurisma de la aorta
abdominal. Un aneurisma de
la aorta abdominal puede ocasionalmente causar dolor severo de la espalda baja
que mimetice el dolor asociado con la herniación discal o un tumor. Los
aneurismas erosionan las vértebras lumbares. Se necesita un diagnóstico
oportuno para poder resolver este problema ya que la ruptura del aneurisma es
tan frecuente como fatal.
El paciente, típicamente presenta más de 50 años de edad y llega
quejándose de dolor sordo y profundo en el área lumbar o en la región pélvica.
A menudo hay alguna evidencia de arteriosclerosis con quejas específicas por
parte del paciente como la frialdad del miembro inferior. Puede haber historia
de accidentes transitorios isquémicos. Los hallazgos incluyen disminución de
los pulsos periféricos, disminución de la temperatura de la piel en los
miembros inferiores, una masa abdominal pulsátil, thrill abdominal o inguinal
constatado a la palpación y la auscultación de un soplo a ese nivel. Su
remisión oportuna al cirujano vascular es imperiosa ya que la recepción del
aneurisma es curativa en la mayoría de las ocasiones[23].
Oclusión trombótica de la
aorta terminal. Este tipo de
oclusión produce el llamado síndrome de Leriche, puede simular el cuadro de una
hernia discal. El ejercicio se relaciona con el dolor en la espalda, glúteos,
muslos y piernas. La fatiga, la debilidad y la atrofia muscular son notables.
Los pulsos arteriales por debajo de la bifurcación de la aorta pudieran aún
palparse por el hecho de la oclusión arteriosclerótica segmentaria[23].
Ciática por anomalías vasculares epidurales
Las dilataciones varicosas de las venas intrarraquídeas epidurales
pueden actuar comprimiendo las raíces lumbosacras y ser motivo de ciática
(Gloor y colaboradores). El cuadro clínico y mielográfico son indistinguibles
del motivado por la hernia discal, y su diagnóstico es operatorio. Las causas
de las varices epidurales serían de tres órdenes: generales, en relación
con todos los factores capaces de elevar la tensión intraabdominotorácica, locales,
en relación con dificultades
artrósicas-osteofíticas impuestas a la circulación venosa
intravertebral, y endógenas. Estas últimas serían decisivas, pues muchas
várices epidurales no reconocen motivo exógeno alguno, ya que, con frecuencia,
son congénitas.
CONDICIONES
PERIFÉRICAS QUE PUEDEN CONFUNDIRSE CON LA RADICULOPATÍA
1. Lesión proximal del plexo sacro
confundida con
radiculopatía S1
3. Síndrome del
músculo piramidal o piriforme confundida con radiculopatía S1
4. Neuralgia del
crural
5. Neuralgia del
femorocutáneo
6. Neuropatía
periférica por atrapamiento del nervio peroné a nivel de la cabeza del hueso
homónimo confundida con radiculopatía L5
7. Neuropatía
femoral confundida con radiculopatía L4
8. Neuropatía
diabética incluyendo la amiotrófia diabética
Síndrome del
músculo piramidal
Concepto: es el cuadro clínico resultante del atrapamiento del nervio
ciático por el músculo piramidal durante su trayecto desde la pelvis hacia el
miembro inferior.
Músculo piramidal
(piriforme). Pertenece al grupo posterior de los
músculos de la pelvis. Su acción fundamental es la rotación externa, conjuntamente con los músculos gemelos
superior e inferior, obturador interno y externo y cuadrado femoral.
Se inicia en la cara anterolateral del sacro, entre
los segundo y cuarto agujeros sacros, sale de la cavidad pelviana a través del
agujero (ciático) isquiático mayor, constituyéndose entonces, un tendón
estrecho y breve, que se inserta en el vértice del trocánter mayor,
conjuntamente con los géminos mayor y menor y el cuadrado femoral.
En la pelvis menor, el nervio ciático está situado en posición anterior con
respecto al músculo piramidal, por debajo del cual entra en la nalga a través
del agujero isquiático (ciático) mayor.
Variaciones en la
relación anatómica del músculo piriforme y nervio ciático.
1.
nervio
ciático no entra, pasa por fuera del agujero isquiático mayor y por debajo del
músculo piramidal
2.
nervio
ciático entra, pasa a través y por debajo de las cabezas del músculo piramidal
3.
nervio
ciático entra, pasa por arriba y por debajo del músculo piramidal
4.
nervio
ciático no entra, pasa entre las cabezas del músculo piramidal
5.
nervio
ciático entra, pasa a través y por arriba de las cabezas del músculo piramidal
6.
nervio
ciático no entra, pasa por encima del músculo piramidal
Acción: rotación externa y abducción del muslo
Vascularización: arterias glúteas, superior e inferior.
Robinson al
describir por primera vez este síndrome le adjudicó 6 características
fundamentales:
1.
historia de
trauma sobre la región glútea o sacroilíaca
2.
dolor en la
región de la articulación sacroilíaca, la gran muesca ciática, y además en el
músculo piramidal, que se extiende hacia abajo por todo el miembro inferior
provocando dificultad para caminar.
3.
exacerbación
aguda de los síntomas por levantamiento de pesos o por inclinación de la
columna
4.
una masa palpable
sobre el músculo piramidal durante la exacerbación de los síntomas, la cual
está marcadamente tensa al hacer presión sobre ella. (Patognomónico del
síndrome)
5.
una prueba de
estiramiento y elevación de la pierna positiva
6.
atrofia glútea,
que depende de la duración de los síntomas
Vrudertop y Bosma
plantearon que el nervio ciático puede ser comprimido por distintas causas:
1.
pacientes que se
encuentran postrados o yacen comatosos en una posición con las caderas
hiperextendidas
2.
pacientes que se
encuentran bajo anestesia generalmente o en posiciones difíciles por tiempo
prolongado
3.
presencia de
fibrosis después de una inyección IM o de un hematoma, después de una fuerza,
una operación de cadera, o por el uso prolongado de anticoagulantes
4.
otras causas que
pueden provocar esta compresión son:
-
cicatrizaciones
en la región de la tuberosidad ciática
-
tumor pélvico
cerca de la gran escotadura ciática
-
aneurisma de la
arteria glútea superior o inferior
-
una variante
anatómica de los vasos.
Esta patología se presenta en pacientes jóvenes, con edad laboral, que
realizan trabajos que requieren esfuerzos físicos fuertes o moderados y que
pueden tener como antecedente, un traumatismo en columna o en región glútea,
infecciones sistémicas o locales, etc.
Sintomatología:
El síntoma principal constituye el dolor que semiográficamente, se
localiza por detrás del trocánter, en la región glútea, o en la columna
lumbosacra. Se irradia por la porción posterior del muslo, posteroexterna de la
pierna, puede llegar a tomar el talón y los dedos 4to-5to del pie del miembro
afectado. Esto ocurre debido a que la porción del nervio ciático que más se
irrita al ser éste comprimido por el músculo piramidal es la que se corresponde
con la distribución del nervio ciático poplíteo externo, cuando este se
bifurca. Se exacerba al realizar esfuerzos físicos. Se alivia con el reposo,
pero nunca deja de estar presente.
A medida que progresa la enfermedad aumenta de intensidad y duración.Se
acompaña de parestesias en el
miembro afectado, que se corresponden con la zona invervada por el nervio
ciático, además de contracciones involuntarias de la musculatura del miembro
afectado. Existe dificultad para la marcha, sobre todo durante la fase
monopodálica y claudicación antálgica.
Signología.
Inspección .
-
atrofia
glútea del miembro afectado, que depende del tiempo de evolución de la
enfermedad
-
contractura
involuntaria de la musculatura del miembro afectado
-
cojera
antálgica durante la marcha
Palpación.
-
dolor
selectivo a la compresión en región glútea, en el sitio correspondiente a la
localización del músculo piramidal.
-
puntos de Valleix dolorosos, lo que indica irritación del nervio
ciático.
-
movimiento articular: abducción del miembro afectado débil y limitada por el
dolor.
-
tono muscular: hipotrofia o
atrofia de la musculatura glútea del miembro afectado.
-
Sensibilidad: podemos encontrar
hipoalgesia o hipoestesia en cara externa de la pierna, borde externo del pie y
4to-5to dedos del pie.
-
Reflectividad: en
general es normal aunque en ocasiones
el reflejo aquiliano del miembro afectado está disminuido o ausente.
-
fuerza muscular: puede estar
disminuida para la plantiflexión del pie.
-
maniobras de la columna (para estimulación del nervio ciático)
1. Laségue positiva a 30 a 350
2. Bragard positiva a 20 a 250
3. Inclán positiva
4. Nachlas positiva
5. Goaldthwait positiva
Maniobras
específicas:
1.
Maniobra Freiberg. al levantar la pierna extendida y realizar
rotación interna, si aparece dolor intenso, la maniobra es positiva. Al
realizar la rotación externa del miembro, el dolor disminuye. Esto se explica
porque durante la rotación interna, el músculo piramidal está tenso, y de paso,
atrapa el nervio ciático, aumenta el dolor, mientras que durante la rotación externa, el músculo
se relaja y alivia la tracción sobre el nervio, con lo que el dolor disminuye.
2.
Maniobra de Nagle y Pace. Al realizar la abducción del miembro,
extendemos éste en rotación
externa, y contra resistencia. Es positiva si aparece el dolor
Complementarios de utilidad:
(i)
bloqueos
diagnósticos
(ii)
EMG
(iii)
Ultrasonido del músculo piramidal
Tratamiento conservador:
1.
reposo
2.
analgésicos/antiinflamatorios/relajantes
musculares
3.
vitaminoterapia
4.
fisioterapia
(diatermia, hidroterapia, láser, corrientes dinámicas, masajes)
5.
bloqueo
anestésico del músculo piramidal (más efectivo)con el paciente en decúbito
semiprono y el miembro afectado flexionado (130-1500). Trazamos una
línea imaginaria entre trocánter mayor y la punta del sacro, en el punto medio,
23 cm más abajo, se introduce aguja de 10cm de largo, perpendicularmente a la
piel hasta que el paciente refiere sensación de parestesia, retiramos entonces
la aguja 2 a 3 mm, e inyectamos 10cc lidocaína 1%.
Tratamiento quirúrgico:
El método de
elección, teniendo en cuenta sus mejores resultados es la Técnica de Osborne.
-
incisión
cutánea oblicua de varios cm de longitud descendiendo del centro a la cara
lateral de la región central de
glúteo
-
apertura
de glúteo mayor y sección del
músculo piramidal
XI.- DOLOR REFERIDO
1.
Causas extraespinales
a) aparato
genitourinario
(i) causas renales
-
peilonefritis por
sepsis urinaria
-
renolitiasis
(cólico nefrítico)
-
tumor renal
-
trauma renal
(ii) causas ginecológicas
-
endometriosis (la
gran simuladora)
-
endometritis
-
tumor
-
inflamación
pélvica
-
congestión
pélvica
-
tensión
perimenstrual
(iii) hernia inguinal, sobre todo cuando se incarcela
b) aparato digestivo
(i)
úlcera duodenal
perforada de la pared posterior
(ii)
apendicitis
(iii)
neoplasia intraabdominal
(iv)
colecistitis
(v)
pancreatitis
c) aparato
cardiovascular
(i)
aneurisma
disecante de la aorta abdominal
(ii)
isquemia
(d) sistema osteomioarticular
(iii)
síndrome de la
articulación sacroilíaca
(iv)
artropatía
coxofemoral de los ancianos
2. Causas espinales
a)
síndrome facetario
b)
síndrome de Maigne
c)
síndrome miofascial
Dolor
referido (reflejo viscerosensitivo de Mackenzie)
La excitación de una víscera frecuentemente produce
dolor que se siente no en la víscera misma sino en alguna estructura somática
que puede estar situada a una considerable distancia. El dolor de este tipo se dice que está referido a la
estructura somática. El dolor
somático profundo también puede ser local y referido en cuyo caso parece
irradiarse[88].
Los signos de referencia del dolor no son
estereotipados y éste ocurre en lugares inusitados con frecuencia considerable[88].
Regla de
los dermatomas. Cuando el dolor es referido, siempre
lo es a una estructura que proviene del mismo segmento embrionario o dermatoma
que es la estructura en la cual se origina el dolor. Este principio se llama regla de los dermatomas[88].
Papel de
la convergencia en el dolor referido. No sólo los nervios de las estructuras viscerales y somáticas a las
cuales es referido el dolor, entran en el sistema nervioso al mismo nivel
segmentario, sino que hay muchas más
fibras sensitivas en los nervios periféricos que axones en los fascículos
espinotalámicos laterales. Por tanto debe ocurrir un considerable grado de
convergencia de las fibras sensitivas periféricas en las neuronas
espinotalámicas. Una teoría del
mecanismo subyacente al dolor referido está basada sobre este hecho y sostiene
que las fibras aferentes viscerales y somáticas convergen sobre las mismas neuronas
espinotalámicas (fig. 7-5). Puesto que el dolor somático es mucho más común que
el visceral, el cerebro ha “aprendido” que la actividad que le llega por una
vía dada se debe a un estímulo doloroso en un área somática particular. Cuando
la misma vía es estimulada por la actividad de las fibras aferentes viscerales,
la señal que llega al cerebro no es
diferente y el dolor es proyectado hacia el área somática[88].
Efectos de
facilitación.
Otra teoría del origen del dolor referido
afirma que debido a los efectos de franja subliminal, los impulsos que llegan
desde estructuras viscerales abaten el umbral (exaltan la sensibilidad) de las
neuronas espinotalámicas vecinas que
reciben a las fibras aferentes provenientes de las áreas somáticas. De esta forma, llega el impulso
nervioso a la corteza, siendo el dolor referido al área somática
correspondiente al propio nivel metamérico[88].
La teoría del también llamado, reflejo viscerosensitivo o dolor referido
de Roos y Mackenzie considera que la vía aferente del reflejo doloroso se
inicia en la víscera, se transmite a través de las fibras del gran simpático
incluidas en los nervios esplánicos (especialmente el esplácnico mayor para el
dolor epigástrico), atraviesa el ganglio simpático correspondiente, viaja por
el rami comunicante blanco, por el nervio raquídeo correspondiente y llega al
ganglio de la raíz posterior donde tiene su neurona. El axón de esta neurona viaja por la raíz posterior y al
entrar en la médula establece sinapsis en las astas anterior y lateral así como
con las neuronas espinotalámicas por mecanismos de convergencia o facilitación.
Desde el tálamo, este impulso, llega a la corteza y el dolor es referido en la
zona somática (correspondiente al propio nivel metámerico de la zona de
irritación medular) a mayor o menor distancia[60].
Por ejemplo:
En el cólico nefrítico, el punto de
partida es la distensión de las cavidades ureteropielocaliciales, determinado
por cualquier obstáculo al libre flujo de la orina. Esta distensión estimula las terminaciones nerviosas que por
distintas vías aferentes llevan la sensación dolorosa, a la vez que produce
reflejos que se manifiestan por espasmos de la musculatura lisa ureteral y de
la pelvis renal; de esta forma, se cierra un círculo vicioso que suma sus
efectos. Las vías aferentes son
siempre autónomas (vagales o simpáticas). El estímulo es llevado por esas vías
aferentes a la médula, de donde pueden seguir dos caminos:
a)
Directamente al
tálamo y de éste a la corteza originando el dolor visceral verdadero, que se caracteriza porque el sujeto lo
sufre en la localización real de la víscera, sin contractura periférica ni
hiperestesia cutánea.
b)
Al llegar al asta
posterior el estímulo exalta la sensibilidad de las neuronas espinotalámicas
vecinas que reciben fibras aferentes provenientes de áreas somáticas. Este estímulo sensitivo, que a su vez,
llega a la corteza, será localizado por el paciente a las zonas cutáneas
correspondientes a raíces nerviosas estimuladas a nivel del asta posterior por
el mecanismo de convergencia o facilitación[60,88].
Así pues, la localización clásica del cólico nefrítico es el
resultado del dolor visceral verdadero,
y la irradiación corresponde al dolor referido a uno u otro de los
nervios espinales correspondientes a ese segmento medular. Si irrita al nervio genitocrural, llega al testículo; si irrita al femorocutáneo, se distribuye por la
cara externa del muslo; si lo hace al obturador,
por la cara interna del muslo; y si irrita al ciático, se distribuye desde la nalga por la cara posterior del
muslo y pierna, y puede llegar al talón[60].
Como quiera que el foco de irritación pueda actuar también
sobre la neurona motora, puede originarse contractura muscular en los músculos
oblicuos, transversos, cremáster, etcétera.
El dolor ocasionado por enfermedad de las vísceras
pélvicas, torácicas o abdominales se percibe a menudo en la región raquídea, es
decir, es referido a las partes más posteriores del segmento espinal que inerva
el órgano enfermo. En algunos casos, el dolor de la espalda es el primero y
único signo. Por regla general, las enfermedades pélvicas son referidas a la
región sacra, las dolencias abdominales a la región lumbar (centrándose
alrededor, de la segunda a la cuarta vértebras lumbares), y las afecciones
abdominales superiores a la porción dorsal inferior de la columna (octava
vértebra dorsal a primera y segunda vértebra lumbares). Característicamente, no
hay signos locales ni rigidez de la espalda, y los movimientos alcanzan su
plena extensión sin aumento del
dolor. Sin embargo, algunas posiciones, como la flexión de la porción
lumbar de la columna en posiciones de decúbito lateral, suelen ser más cómodas
que otras[51].
Dolor dorsal inferior y lumbar superior en la enfermedad abdominal.
La úlcera péptica o el tumor de la pared estomacal o
duodenal es lo que, de una manera más típica, induce dolor en el epigastrio;
pero si está afectada la pared visceral posterior, en particular si hay
extensión retroperitoneal, el dolor puede percibirse en la región raquídea. El
dolor es de localización central o más intenso en un lado, aunque a veces se
percibe en ambas localizaciones. Si es muy intenso, llega a parecer que
circundara el cuerpo. Tiende a conservar las características de dolor del
órgano afectado: por ejemplo, si es debido a úlcera, aparece alrededor de dos
horas después de haber comido y se alivia por la ingestión de alimentos y agua
gaseosa.
Las enfermedades del páncreas
(úlceras pépticas con extensión al páncreas, colecistitis con pancreatitis,
tumor) pueden causar lumbalgias, siendo más acusadas a la derecha de la columna
cuando está interesada la cabeza del páncreas, y a la izquierda de la misma
cuando la afección abarca el cuerpo y la cola pancreáticos[51].
Las afecciones de las estructuras
retroperitoneales, por ejemplo, linfomas, sarcomas y carcinomas, pueden evocar
dolor en esta parte de la columna vertebral con cierta tendencia a la
irradiación a la parte inferior del abdomen, ingles y parte anterior de los
muslos. Un tumor secundario de la región psoasilíaca de un lado suele producir
dolor lumbar unilateral con irradiación a las ingles y los labios mayores o los
testículos; también puede haber signos de compromiso de las raíces raquídeas
lumbares posteriores. Un aneurisma de la aorta abdominal puede inducir dolor
que se localiza en esta región de la columna, pero puede ser percibido más
arriba o más abajo, en dependencia de la localización de la lesión[51].
La repentina aparición de un oscuro
dolor lumbar en un paciente a quien se está administrando anticoagulantes
debería despertar la sospecha de una hemorragia retroperitoneal[51].
Dolor lumbar con enfermedades abdominales inferiores.
Las enfermedades inflamatorias de
los diversos segmentos del colon (colitis, diverticulitis) o el tumor de esa
porción intestinal provocan dolor que puede percibirse en la parte inferior del
abdomen entre el ombligo y el pubis, en la región lumbar media o en ambos
lugares. Si es muy intenso, el dolor puede tener una distribución en cinturón
alrededor del tronco. Una lesión en el colon transverso o en la primera porción
del colon descendente puede tener localización central o izquierda y su nivel
de referencia en la espalda está en la segunda y tercera vértebra lumbar. Si
está afectado el colon sigmoide, el dolor tiene localización inferior, por
detrás en la región sacra superior, y por delante en la línea media
suprapública o en el cuadrante inferior izquierdo del abdomen[51].
Dolor sacro en enfermedades pélvicas (urológicas y ginecológicas).
Aunque los trastornos ginecológicos se pueden
manifestar por dolor de espalda, la pelvis rara vez es sede de una enfermedad
que cause dolor lumbar oscuro. En
la mayor parte de los casos, el diagnóstico de las lesiones pélvicas dolorosas
no es difícil, ya que una prolija palpación de las estructuras mediante examen
abdominal, vaginal y rectal puede resultar reveladora y ser complementado por
métodos (sigmoidoscopia) que permiten la visualización adecuada de esas partes[51].
El dolor menstrual mismo puede ser percibido en la
región sacra. Es de localización
bastante imprecisa, tiende a irradiar inferiormente por las piernas y se
asemeja a un calambre. Sin
embargo, la fuente más importante de dolor crónico de espalda son los
ligamentos sacroterinos. Las
endometriosis o el carcinoma del útero (cuerpo o cuello) pueden invadir estas
estructuras, en tanto que la mal posición del órgano puede empujarlas. El dolor
se localiza centralmente en el sacro por debajo de la articulación lumbosacra,
pero puede ser más intenso en uno de los dos lados. En la endometriosis, el
dolor comienza durante la fase premensutrual y a menudo persiste hasta que se
mezcla con el dolor menstrual. La mal posición del útero (retrovisión, descenso
y prolapso) da lugar, de manera característica, a dolor en la región sacra. Los
ajustes posturales pueden también evocar dolor en esa región cuando un fibroma
uterino presiona en los ligamentos uterosacros. El dolor carcinomatoso debido
al compromiso de los plexos nerviosos es continuo y se hace progresivamente más
severo; tiende a ser más intenso durante la noche. La lesión primaria puede ser poco notable, pasando
inadvertida en el examen pélvico. Una extensión de Papanicolau y un pielograma
son los procedimientos diagnósticos más útiles. La radioterapia de estos tumores puede causar dolor en la
región sacra a consecuencia del edema y necrosis del tejido, el llamado flemón
de radiación de la pelvis. Dolor en la parte inferior del raquis con
irradiación a uno de los dos muslos es un fenómeno común durante las primeras
semanas del embarazo[51].
La prostatitis crónica, evidenciada por derrame de
líquido prostático, ardor y excesiva frecuencia de micción y ligera disminución
de la potencia sexual, va a veces acompañada de persistente dolor sacro; suele
localizarse mayormente en un lado, con irradiación a una pierna si está
afectada la vesícula seminal de ese lado. El carcinoma de próstata con
metástasis a la parte inferior del raquis es otra de las causas más comunes de
dolor lumbar o sacro. Puede presentarse sin ardor urinario ni aumento de la
frecuencia de la micción. Los
nervios raquídeos pueden ser infiltrados por células tumorales, o la médula
espinal misma ser comprimida si resulta invadido el espacio epidural. El
diagnóstico se establece mediante examen rectal, radiografías de la columna
vertebral y determinación de la fosfatasa ácida (particularmente de la fracción
fosfatasa prostática). Las lesiones de la vejiga y los testículos no suelen ir
acompañadas de dolor en la espalda[51].
Cuando es el riñón la sede de la enfermedad, el dolor
es homolateral, siendo percibido en el costado o la región lumbar[51].
Los trastornos viscerales de cualquier tipo que sean
pueden intensificar el dolor de
la artritis, y la presencia de esta afección puede, a su vez, alterar la
distribución del dolor visceral. En la enfermedad de la columna en la región
sacrolumbar, por ejemplo, la distensión de la ampolla del sigmoides por las
heces o por un ataque de colitis puede agravar el dolor artrítico[51].
Síndrome
facetario.
La lumbalgia cuya causa reside en las
articulaciones facetarias es el llamado síndrome facetario, viéndose en
pacientes con dolor crónico de más de 6 ó 12 meses, a nivel cervical, dorsal o
lumbar. Después de descartarse evidencias de compresión de raíz o meninges, o
estructuras músculoesqueléticas. En pacientes operados por supuestos o reales
discos herniados hay que pensar en que la causa del dolor es la lesión
facetaria con irritación de los nervios que aportan sensibilidad (inervación
bisegmentaria) por la rama medial del ramo dorsal de los nervios espinales,
según algunos autores también participa el nervio de Luschka, recibiendo cada
faceta inervación de la rama medial de 2 segmentos, incluyendo esta inervación
la cápsula fibrótica articular[89].
-
este síndrome se
ve en el 15-40% de los cuadros de lumbalgia en personas menores de 45 años. Es
más frecuente en el sexo femenino (63%)
-
no existen datos
clínicos o radiológicos patognomónicos en ninguna de las estructuras que
conforman la región lumbar, por lo que el diagnóstico no es fácil; es un reto
-
el término de
síndrome facetario fue propuesto en 1933 por Ghormley, proponiendo previamente
Putti en 1927 que las articulaciones facetarias eran origen de dolor radicular
-
las
articulaciones soportan el 20% de la carga de compresión, mientras que el disco
soporta el 80% de la carga en situaciones normales, con movimientos limitados
de rotación a nivel lumbar, no así los de flexión y extensión
-
la alteración de
una articulación apofisiaria facetaria conduce a cambios en la posición de su
contralateral, sufriendo tanto el cartílago como su cápsula articular
inflamación por exceso de carga, estiramiento excesivo u otro tipo de
alteración[89].
Criterios
diagnósticos del síndrome facetario.
a)
clínicos :
1.
dolor lumbar con
irradiación al trocánter mayor
2.
dolor lumbar con
irradiación a región glútea
3.
dolor lumbar con irradiación a cara
posterior del muslo
4.
dolor lumbar con irradiación por debajo de la rodilla
5.
agravado por la
extensión del tronco
6.
agravado por la
rotación del tronco
7.
agravado por
posición sedente
8.
agravado por
bipedestación estática
9.
mejoría con la ambulación
10. reflejos normales
11. ausencia de reflejo patológicos
12. sensibilidad normal
13. dolor sin cambios con las maniobras de Valsalva
14. ausencia de parálisis y/o paresias
Criterios radiológicos
(rayos-X simple)
1.
ángulo de
Fergurson > 450
2.
esclerosis de las
articulaciones interapofisiarias de los segmentos L4-L5 y
L5-S1
3.
desnivel pélvico
por acortamiento de un miembro inferior
4.
disminución del
espacio intercorpóreo de L4-L5 y/o L5-S1
Criterios tomográficos.
1.
osteofitos en las
articulaciones facetarias
2.
asimetría de
las articulaciones facetarias
El diagnóstico se hace por exclusión y por
la inyección anestésica específica de las articulaciones facetarias
(perifacetaria con MEPIVACAINA) de forma bilateral por lo menos dos segmentos[89].
-
el dolor a la cara
posterior del muslo no es frecuente en el síndrome facetario
-
los signos más
significativos son: dolor a la extensión y rotación del tronco y dolor a la
elevación de una extremidad con la rodilla en extensión
-
los criterios
tomográficos expuestos anteriormente no son patognómonicos ya que se pueden ver
también en individuos asintomáticos, viéndose también hallazgos radiológicos
tomados como criterios en personas sanas, por lo que no son fidedignos, siendo
todos los criterios en conjunto los que dan validez a la sospecha
-
imgeonológicamente
no necesariamente la articulación facetaria más dañada aparentemente, es la
responsable de la sintomatología.
-
la inyección
anestésica a nivel facetario no es necesariamente aceptada como un estándar
para efectuar el diagnóstico, si estando demostrado que las articulaciones
facetarias reciben amplia inervación, no solo por ramos de su nervio
segmentario sino de las “articulaciones suprayacentes” que les envían filetes
nerviosos.
En l945 Key mencionó dogmáticamente que el
99% de los casos de lumbalgia eran el resultado de lesión de discos
vertebrales, idea apoyada por la mayoría de los cirujanos de la postguerra con
resultados quirúrgicos catastróficos.
La nueva tecnología y el diagnóstico de nuevas entidades nosológicas corroboran
diagnósticos de certezas, siendo indispensable el conocimiento de este síndrome
de forma aislada o su concomitancia con la discopatía lumbar; dejándonos de
sentir tan ignorantes y burlados por la risa sardónica que la lumbalgia tiene
ante la actitud actual del médico y su tecnología[89]
Fisipatología
del síndrome facetario.
Las alteraciones facetarias, son las mismas
que se ven en cualquier articulación sinovial; el espectro de los cambios
degenerativos desde el punto de vista cronológico tiene 3 fases:
-
Fase I - Disfunción: - sinovitis
- hipomotilidad
-
Fase II –
Inestabilidad: - aumento de la
degeneración
- laxitud capsular
- subluxación
-
Fase III –
Estabilidad: - engrosamiento de las apófisis articulares
La primera alteración es una sinovitis que
al persistir produce pliegues sinoviales los cuales se proyectan dentro de la
articulación; más tarde aparece una degeneración del cartílago que puede
progresar hasta hacerse marcada; en ocasiones aparecen adherencias
intraarticulares que imbridan las
superficies capsulares; algo más tarde la cápsula articular se hace laxa y esta
laxitud aumenta hasta que se produce una subluxación debido, principalmente, al
estrés rotatorio. La degeneración articular progresa dando lugar a la formación
de osteofítos subperiósticos los cuales producen un engrosamiento de las
superficies articulares que, sumado a la marcada fibrosis periarticular, le dan
a esta estructura un aspecto bulboso; cambios similares ocurren en el disco
intervertebral llevando finalmente a la formación de un segmento motor estable.
Tanto el cartílago como la cápsula articular pueden inflamarse ya sea
por exceso de carga, sobreestiramiento o traumatismo directo. La reacción
capsular produce irritación directa del nervio articular de Luschka; además de
estímulos químicos procedentes de la reacción inflamatoria de las estructuras
de tejido conectivo relacionadas con la articulación; puede también ocurrir que
el proceso degenerativo sea tan severo que se forme un quiste sinovial en la
unión articular degenerada y pueda crear un compromiso directo de la raíz
nerviosa.
La irritación del nervio produce el estímulo, que a través de la división primaria posterior puede
retornar al SNC produciendo dolor referido a través de la distribución de los
nervios involucrados, que puede corresponder a la irritación ciática.
Interrelación de
las alteraciones facetarias y discales.
Durante el proceso degenerativo se afectan
principalmente las carillas articulares posteriores y el disco intervertebral,
de forma tal que las alteraciones más precoces (sinovitis y pequeños esguinces)
de las primeras con hipermovilidad junto con pequeñas alteraciones rotacionales
del anillo fibroso, conducen a la formación de desgarro circunferenciales, lo
cual lleva a un estado de disfunción que al hacerse más severo ocasiona
desgarros radiales en dicho anillo produciéndose protrucción del mismo y hernia
discal. Al continuar la degeneración aparece laxitud de las cápsulas
articulares lo cual conlleva a una desorganización interna del disco y ocasiona
inestabilidad del segmento motor..
Síndrome de Maigne: se trata de un síndrome facetario
que afecta el nivel D12-L1, irradiándose el
dolor en este caso a la región glútea y a la región sacroilíaca a través de los
ramos nerviosos posteriores que se dirigen hacia abajo y afuera. El diagnóstico se confirma con la manipulación
vertebral y la infiltración con anestesia local de las superficies articulares
facetarias a este nivel.
Síndrome
miofascial: es el más común problema físico que
produce el síndrome doloroso crónico, presentando poca atención clínica a pesar
de su alta incidencia. Es la causa más frecuente del dolor en la espalda baja,
con cuadros agudos que pueden convertirse en crónicos.
Se caracteriza por dolor y contractura muscular por estiramiento súbito
de las fibras de los músculos paravertebrales, con desgarradura de las fibras y
las fascias.
Existe espasmo muscular (por lesiones de las fibras intrafusales), que
se extiende a músculos vecinos.
La contractura muscular es particular de glúteos, cuadrado de los lomos,
piramidales de la pelvis, tensor de la fascia lata e isquiotibiales; con
lumbago referido.
El lumbago y contractura pueden ser desencadenados por factores
emocionales, posturales y ocupacionales.
El dolor y espasmos pueden expandirse a músculos vecinos, llamado punto
gatillo.La palpación del punto gatillo
(trigger points) desencadena el dolor característico, pudiéndose percibir la
contractura del músculo implicado. Los puntos
gatillos más comunes son:
. espina ilíaca posterior
. cresta del sacro
. articulación sacroilíaca (su terminación) donde los
músculos largos de la espalda alcanzan los márgenes
superior del sacro y el
íleon adyacentes.
. el área justamente lateral
a la incisión de una
laminectomía o fusión.
. a nivel de la cresta
ilíaca.
. sobre el agujero sacro.
. sobre el sitio donante
después de una operación de
fusión.
El diagnóstico se confirma por la respuesta al tratamiento de la
infiltración muscular con anestésico local y el estiramiento pasivo del
músculo. Las áreas profundas de los puntos gatillos están situados a nivel de
la unión de los músculos con el hueso; o en el tejido óseo (se inyectan 2-5cc
de anestesia local)
El alivio significativo del dolor en estos
pacientes hace evidente que el dolor se origina en el músculo y la fascia del
miembro inferior más que en la raíz nerviosa per se.
Ejemplos de eventos que producen estos
daños son las colisiones con hiperextensión e hiperflexión, las
desaceleraciones bruscas, las caídas impropias y hasta los estornudos. El dolor
puede ser producido por levantamiento impropio de pesos, movimientos cervicales
en látigo, llevando al estiramiento súbito de fibras musculares,
presumiblemente con roturas o rasgaduras de éstos y lesión de ligamentos
El dolor típicamente no puede ser tan
severo después del trauma; sin embargo en los próximos días el espasmo muscular
puede expandirse a un área mayor, haciéndose severo el dolor; esta secuencia
temporal orienta en el diagnóstico del síndrome.
El dolor miofascial es particularmente
susceptible al estrés. El estrés de cualquier tipo causa una contracción
refleja de los músculos del tronco que se preparan para la lucha y la vida. El
dolor se incrementa si el músculo dañado se encuentra engrosado. El incremento
del dolor desencadena un estrés superior y depresión; que desencadena mayor
engrosamiento muscular, lo que a su vez produce más dolor y estrés,
produciéndose un círculo vicioso.
Solo rompiendo este patrón es posible controlar el dolor.
Es importante
diferenciar que, en este síndrome, la palpación de puntos gatillos puede
provocar dolor de tipo radicular, dolor que no se reproduce en las discopatías
lumbares a la palpación
La fisioterapia
con modestos estiramientos y ejercicios elongativos, calor y masaje ayudan a aliviar el espasmo muscular. Los
bloqueos del punto gatillo pueden ayudar a definir el diagnóstico y la
terapéutica. Nunca se debe realizar laminectomía o discectomía proceder
terapéutico en este síndrome.
PATOLOGÍAS
MULTIFACTORIALES QUE PUEDEN CURSAR CON RADICULOPATÍA CIÁTICA.
- ESPONDILOLISIS
Definición
El término
espondilolisis, proviene del griego Spondylos, vértebra, y Lysys,
disolución, desprendimiento, separación.
Es un defecto de
la Pars interarticularis (istmo vertebral) (porción del arco posterior
comprendida entre las apófisis articulares superior e inferior) sin
desplazamiento vertebral.
Se considera por algunos autores como Preespondilolistesis y menos
frecuentemente se denomina
Espondilosquisis (del griego Spondylos,
vértebra y Schisis, hendidura,
cisura) cuando se considera del tipo congénito.
Incidencia
La Espondilolisis ocurre en el 5% de la población
adulta y generalmente es un hallazgo incidental en un estudio radiológico.
Afecta los dos sexos con igual frecuencia.
Interesa especialmente los últimos segmentos lumbares, L5 y L4,
en orden.
Etiológia
El defecto característico es una interrupción de la
continuidad de la pars interarticularis, habitualmente de L5, uni o bilateral.
Se considera una pseudoartrosis, estrecha que está dispuesta oblicuamente y
ocupada por un tejido fibrocartilaginoso.
El defecto puede ser de etiología congénita. Así se ha visto hasta en
niños de 4 meses. Puede ser unilateral o bilateral; en este último caso,
termina en espondilolistesis donde el cuerpo vertebral, el pedículo y la
carilla articular superior, pueden moverse hacia delante, dejando los otros
elementos atrás.
Puede ser adquirida con predisposición congénita.
Puede ser postquirúrgica (post disectomía y post fusión a un
nivel adyacente[91].
Clínica
La presencia de la Espondilolisis no produce, en
general, síntoma alguno y no impone deterioro funcional. Por esto se menciona
que es un hallazgo incidental en un estudio radiológico.
El dolor lumbar, aparece generalmente después de la
tercera década:
-En forma espontánea asociada a imbalance muscular
-Después de un traumatismo acentuado.
-A consecuencia de traumatismos repetidos, de carácter leve como en el
caso de oficios que requieran inclinaciones y elevaciones frecuentes.
Usualmente, el dolor es localizado en la región lumbar baja, no
irradiado, o únicamente irradiado a la región glútea, cuando la espondilolisis
es bilateral.
La espondilolisis puede estar asociada a una discopatía, no determinada
por la primera, la cual puede o no producir síntomas radiculares dependiendo de
la severidad [91].
Diagnóstico:
Clínico
Sólo por sospecha,
posterior a la historia de trauma único
repetitivo, asociado a la mala postura o hiperlordisis lumbar al examen físico. En ocasiones se escucha
“traquido” con los movimientos de la columna, que no necesariamente está relacionado
con la espondilolisis.
Es más difícil relacionar los síntomas con la anatomía patológica en un
hombre de edad que muestra espondilolisis en los RX, pero que inició
recientemente el dolor lumbar. No
hay forma de saber si los hallazgos radiológicos corresponden al inicio de los
síntomas, a menos que exista un antecedente traumático claro. En un paciente de
edad, la definición de si la espondilolisis produce “dolor mecánico” con
síntomas vagos se diferencia claramente de la irritación radicular.
.Imagenología:
Radiología
convencional.
Se observa en un
estudio de RX de columna lumbosacra en las proyección anteroposterior (AP), que
es difícil de acuerdo con la inclinación del rayo catódico. En la proyección
lateral se observa más fácilmente, sólo cuando el defecto es muy grande,
especialmente si está iniciando desplazamiento del cuerpo vertebral. La proyección oblicua es confirmatoria. En esta proyección –oblicua- se observará el clásico “perro” cuyo hocico está formado por la
apófisis transversa
del lado de la proyección; el ojo, por el pedículo visto oblicuamente; la oreja,
por la apófisis articular
superior del mismo lado;
la pata delantera, por la apófisis articular inferior del mismo
lado; el rabo, por la lámina y la apófisis articular superior del lado
opuesto; la pata trasera, por la apófisis articular
inferior del lado opuesto; y el cuerpo, por la
lámina en el lado de la proyección. El cuello del “perro”
representa
exactamente el istmo vertebral
del lado de la proyección; cuando el istmo
está roto, el cuello
del “perro” está seccionado, lo que permite hacer el diagnóstico de espondilolisis
Tomografía axial computadorizada
En las ventanas
óseas, que se toman en todo estudio, se observa claramente el defecto uni o bilateralmente.
Gammagrafía ósea.
Se aprecia hipercaptación a nivel del
arco posterior uni o bilateralmente. No
es concluyente de la presencia de espondilolisis
Tratamiento
El tratamiento de la espondilolisis incluye:
-reposo relativo, especialmente cuando hay exposición a traumas
repetidos
-medicación analgésica y antiinflamatoria
-fisioterapia
-reeducación postural de columna
-reubicación laboral, cuando está indicada
-inmovilización con faja lumbosacra
En este punto se debe entender, que como los síntomas no son
desencadenados por la presencia de la espondilolisis, sino asociadas a esta, la
protección de la faja es temporal mientras cede el episodio agudo. En la
mayoría de los casos, no es necesaria.
-cirugía
En general no se considera necesario el tratamiento quirúrgico, a
excepción de los casos de dolor refractario, que pueden ser a excepción de los
casos de dolor refractario, que pueden ser a excepción de los casos de dolor
refractario, que pueden ser fusión lateral. En los casos de discopatía asociada
con fusión lateral. En los casos de discopatía asociada con compresión
radicular, se debe considerar la descompresión de la raíz y fusión
intercorpórea, para evitar inestabilidad posterior[91].
Espondilolistesis Proviene del griego, Spondylo, vértebra y Olisthesis,
deslizamiento. Es el deslizamiento, o desplazamiento anterior o posterior de un
segmento de la columna vertebral sobre el segmento inferior.
También se encuentra con el nombre de espondilocleisis (del griego, Spondylos,
vértebra, y Kleio, encierro): deslizamiento
de un segmento de la columna lumbar
hacia delante con tendencia a cerrar el estrecho superior de la pelvis;
o espondiloptosis (Spondylos, vértebra, y Ptosis, caída): caída de una vértebra[91].
El deslizamiento puede ser sólo del cuerpo o de toda la vértebra. En el
primer caso, debe haber una lisis a nivel de la “pars articularis” que permite
que el cuerpo se vaya deslizando lentamente y el arco posterior se queda atrás.
Frecuentemente, se localiza a nivel de la columna lumbosacra.
Cuando no hay lisis, el deslizamiento se produce porque hay alteraciones
en el arco posterior, habitualmente de la primera sacra. Pero también puede
haber alteraciones en la apófisis articulares de la quinta vértebra lumbar.
A estos hechos anatomopatológicos(lisis del istmo y displasia del arco
posterior de L5 y S1) se le atribuye causalidad, pero
actualmente la causa íntima de la espondilolistesis aún se desconoce[91].
Historia
Herbíniaux, obstetra belga, describió en 1782 una distocia del parto por
aumento de volumen del promontorio lumbosacro, que correspondía a
espondilolistesis L5- S1.
Kilian, en 1854, acuñó el término “espondilolistesis”
que significa deslizamiento de un cuerpo vertebral.
Wiltse, Neumann y Mac Nab han propuesto una clasificación para la
espondilolistesis, que es aceptada hoy día, la cual la divide en cinco tipos.
Le agregamos la espondilolistesis iatrogénica o posquirúrgica por pérdida
parcial o completa del apoyo óseo posterior o anterior (discogénico). Ocurre
después una facetectomía descompresiva extensa, generalmente en los pacientes
con facetas dirigidas sagitalmente. También ocurren fracturas por estrés
posquirúrgico de las apófisis articulares en su unión con las otras láminas.
Clasificacion.
Displásicas: el deslizamiento se debe a alteraciones de la primera
vértebra sacra y del arco posterior de la quinta lumbar.
En la radiografía se observa además espina bífida de S1 y
ocasionalmente, de L5. Hay además, deformidad de la cara superior
del cuerpo sacro, displasia de las apófisis articulares y no se observa lisis
del istmo, sino adelgazamiento y alargamiento de él.
Son las más frecuentes en los niños y adolescentes. Predomina en el sexo
femenino y puede producir compresión radicular cuando el deslizamiento
sobrepasa el 25% [91].
Ístmicas: la alteración se produce a nivel de la pars articularis. Se
observa una zona radiolúcida que va desde una pequeña línea hasta un gran
espacio no osificado. Pero también existen listesis en que hay una elongación
del istmo sin lisis ni otra alteración de tipo displásico.
La causa intima de la espondilolistesis ístmica es desconocida. De ella,
podemos distinguir tres tipos:
·
Fractura por fatiga de la Pars-articularis relacionado con varios mecanismos de estrés biomecánico.
·
Elongación de la Pars sin lisis debido a la reacción cicatrizal después de la fractura con formación de
fibrocartílago.
·
Fractura aguda de la Pars articularis por un trauma mayor.
Se han visto factores congénitos predisponentes de espondilolistesis
ístmica en el 30% de los casos. Entre ellos se encuentran las espinas bífidas
del sacro ó L5, hipoplasia de la articular superior del sacro, entre
otros. El defecto congénito uni o bilateral de la Pars interarticularis se ha
visto en inclusive niños de 4 meses, siendo los 16 años la edad pico de incidencia[91].
El tipo ístmico es el más común entre los 5 y 50 años. La incidencia en
la raza blanca fluctúa alrededor del 5%. Los esquimales presentan frecuencia
del 50%.
En los gimnastas la frecuencia llega a 20 ó 25%.
Degenerativas: naturalmente
este tipo de espondilolistesis se ve en adultos, habitualmente sobre 50 años, y
se debe a fenómenos degenerativos artríticos y/o artrósicos, de larga
evolución, creando inestabilidad articular. Es más frecuente en las mujeres.
Se observa de preferencia a nivel L4-L5, mucho
menos en L5-S1 provocando inestabilidad a ese nivel[91].
Traumáticas: se debe a
traumatismos graves ( caída de altura, por ejemplo). Afecta principalmente el
arco neural de L4-L5, y se ve más frecuente en adultos
jóvenes ( accidentes deportivos y del trabajo)[91].
Patológicas: se agrega a afecciones generalizadas del esqueleto, enfermedad de Paget,
Mal de Pott, metástasis ósea, sífilis, artrogriposis, etc.
Postquirúrgica:
·
Postlamenictomía
con facetectomía parcial o completa
·
Postdiscectomía y
facetectomía parcial
·
Espondilolisis y
herniación recurrente postdiscectomía
·
Espondilolisis
postfusión
[92]
CLÍNICA
Los síntomas y signos más importantes de la
espondilolistesis son:
·
Dolor. Es el más
importante y casi siempre presente en los pacientes que consultan.
·
Alteraciones
sensitivas y motoras.
·
Alteraciones del
reflejo aquiliano
·
Claudicación
intermitente de origen neurológico.
·
Marcha sui
-generis.
·
Contractura de
músculos isquiotibiales.
·
Cifosis sacra
·
Prolongación de
la lordosis lumbar hacia la región torácica.
El dolor es el síntoma más frecuente y relevante como motivo
de consulta, no obstante, el 50 % de las espondilolistesis cursan en forma
asintomática, pudiendo incluso haber deslizamiento hasta la ptosis de L5
por delante de S1, sin haber presentado dolor y, ello, por mucho tiempo.
En el niño y adolescente, el dolor lumbar,
la ciatalgía y la lumbociatalgia son infrecuentes. Por ello, cuando existe este
tipo de dolor, es obligatorio tomar una radiografía lumbosacra anteroposterior
y lateral de pié, que descarte o confirme la presencia de espondilolistesis
En el adulto, la lumbalgia es un síntoma
muy frecuente, que se produce seguramente por inestabilidad de la columna. Esta
inestabilidad irrita elementos sensibles o sobrecarga otros, como
las articulaciones interapofisiarias,
provocando el tan frecuente dolor lumbar.
Ciatalgia: se produce por compresión y tracción de las raíces L5 a nivel
foraminal y sacra en el borde posterior de S1, especialmente en las
espondilolistesis de tipo displásico, en las que el arco de la vértebra se
desliza hacia adelante junto con el cuerpo vertebral. En estos casos, con un
25% de deslizamiento, se puede producir compresión radicular.
La ciatalgia de las espondilolistesis de
tipo ístmica lisis) se explica por la compresión que sufre la raíz por la
reacción fibrosa, en la zona de la lisis de la pars articularis.
Lumbociatalgia: se produce por
un mecanismo combinado de inestabilidad de columna y compresión o inflamación
radicular.
En relación a las alteraciones sensitivas y
motoras, se observa mucho más en el adulto que en el niño y adolescente.
Principalmente se observa hipostesia en territorio L5 y S1
uni o bilateral.
Las alteraciones motoras aisladas son menos frecuentes, pero también se
observan correspondiendo a las raíces L5 y S1.
La
alteración del reflejo aquiliano es frecuente de observar, pudiendo estar
disminuido o ausente. Puede estar comprometido uni o bilateralmente.
Claudicación
intermitente: se ve más frecuentemente en la espondilolistesis de tipo
degenerativo, pero también en las ístmicas o displásicas, cuando éstas se
asocian a hernia del núcleo pulposo.
La estabilización y descompresión soluciona el problema del canal
estrecho segmentario que estaba provocando la espondilolistesis.
Marcha sui
generis: la contractura de lo músculos isquiotibiales, hace que el portador de
espondilolistesis camine con las caderas y las rodillas flectadas y el tronco
hacia delante.
La contractura de los músculos isquiotibiales por el deslizamiento
vertebral, produce alteración de la postura. Se observa que la lordosis lumbar
se prolonga hacia la región torácica a medida que aumenta la listesis. Se
puede, incluso, palpar un escalón a nivel L5 en las
espondilolistesis de tipo ístmica.
El espasmo muscular se hace más evidente a nivel
lumbar. La pelvis gira hacia atrás y el sacro se hace cifótico.
En la región abdominal dependiendo de la magnitud de la listesis, el
espacio entre el reborde costal y la cresta ilíaca disminuye, el abdomen
se hace prominente, apareciendo
una depresión que lo cruza transversalmente, inmediatamente sobre el ombligo[91].
Diagnóstico:
Hay elementos clínicos que nos hacen sospechar la presencia de
espondilolistesis:
·
En niños y
adolescentes la presencia de
lumbalgia y principalmente,
ciatalgia.
·
En el adulto,
estos mismos signos asociados a la alteración postural ya descrita, con la retracción de
los músculos isquiotibiales y la prolongación de la lordosis lumbar hacia la
región torácica. No obstante estos elementos, es la radiografía simple la que
confirma o descarta el diagnóstico de espondilolistesis y el tipo de ella[91].
Estudio
radiológico
La confirmación de presencia o ausencia de la espondilolistesis, se hace
con radiografía simple de pie, anteroposterior y lateral.
Confirmada la listesis se toman proyecciones oblicuas, derechas o
izquierda, para determinar el tipo de listesis.
En la espondilolistesis de tipo displásico se observa una elongación de
la Pars con adelgazamiento de ella, pero sin lisis del istmo y con alteraciones
del arco posterior ya descritas.
En las ístmicas, el desplazamiento se asocia a la lisis de la Pars, con
interrupción a nivel del cuerpo del “Perrito de la Chapelle”[91].
En las degenerativas no hay lisis; sino una deformidad de la unidad L4-L5
ó L5-S1 con crecimiento exofítico de las articulares y
del cuerpo vertebral.
Ocasionalmente se piden radiografías lumbosacras en flexión y extensión
máxima, con el objeto de graficar la inestabilidad de la columna a ese nivel.
No parece tener mucha importancia, ya que aunque no haya variación en el
deslizamiento, la inestabilidad existe por el sólo hecho de haber listesis
asociada a lumbalgia.
En la proyección frontal, se observa frecuentemente una disminución de
altura del cuerpo de L5 y adelgazamiento de su arco posterior.
La listesis del cuerpo L5 sobre el sacro produce en la
proyección anteroposterior una imagen de copa de champagne o de “Gorro de
Napoleón”. Estos signos deben hacer sospechar una listesis y obligan a
completar el estudio radiográfico[91].
En la proyección lateral, se observa y se puede cuantificar la magnitud
del desplazamiento.
Fue tradicional medir este deslizamiento de acuerdo al método de
Meyerding. Se divide la superficie superior de S1 en cuatro partes
iguales, a las que se les da la
valoración de Grado 1,2,3 y 4 de dorsal hacia ventral. A la ptosis del cuerpo
de L5 se le llama también grado 5.
Para determinar el grado de listesis, se baja una línea siguiendo el
borde posterior del cuerpo L5, y dependiendo del cuarto de espacio
de la superficie superior del sacro en el cae esta línea, se habla de la
espondilolistesis de grado 1, 2, 3, ó 4 [91].
El método de Meyerding no discrimina sino de a cuartos, por lo que actualmente se usa más el
método de Marique-Taillard y Bradfor, que mide el porcentaje el grado de
desplazamiento, así de:
·
0% a 25% corresponde a Grado 1
·
26% a 50% corresponde a Grado 2
·
51% a 75% corresponde a Grado 3
·
76% a 100%
corresponde a Grado 4
Hay otros elementos que es necesario analizar en el estudio
radiográfico, especialmente cuando
hay que decidir sobre una conducta terapéutica conservadora o quirúrgica, especialmente en jóvenes. Ellos
además, constituyen factores de riesgo para la progresión del deslizamiento.
·
Porcentaje de
deslizamiento
·
Deformación
trapezoidal de L5
·
Cara superior del
sacro
·
Es importante
determinar el ángulo de inclinación del sacro
·
Es importante
también el ángulo de deslizamiento
También es frecuente comprobar presencia de escoliosis asociada a la
espondilolistesis.
Esta escoliosis puede ser producida por un defecto unilateral de la
Pars, del arco neural o hipoplasia de las facetas, que condiciona el
desplazamiento asimétrico y rotación vertebral, más que desviación lateral
(escoliosis olistésica)[91].
También hay escoliosis secundaria a espasmo muscular por dolor, que se
corrige espontáneamente con el tratamiento de éste. Se observa con mayor
frecuencia que la anterior, especialmente en adultos con compromiso radicular.
En estos casos es más importante la desviación lateral que la rotación vertebral(escoliosis
antálgica).
Se puede encontrar también escoliosis idiopática asociada a la
espondilolistesis; son dos entidades independientes, que deben ser tratadas
separadamente.
Es muy frecuente encontrar espina bífida de L5 y más de S1
asociada a la espondilolistesis, siendo trece veces más frecuente que en la población general.
La presencia tan alta de
espina bífida más los antecedentes hereditarios de la espondilolistesis, son
elementos muy importantes para considerar esta enfermedad como de origen
congénito.[91]
La espina bífida es más frecuente en la espondilolistesis de tipo
displásica y su incidencia, según diversos autores, va de 18% a l00% de los
casos estudiados[91].
En el estudio clínico y radiográfico especialmente en pacientes jóvenes,
se ha determinado una serie de factores de riesgo que determinarían el aumento
de la listesis.
Estos factores son:
·
Edad: menores de
l5 años.
·
Sexo: femenino
·
Asociación con
espina bífida
·
Deformidad
trapezoidal del L5
·
Deformidad
importante del borde superior de S1 o del contorno sacro
·
Etiología displásica
Tratamiento:
Es diferente en niños y adolescentes , que en adultos. Es útil poner
el límite
coincidiendo con el fin del crecimiento.
Niños y
adolescentes
El dolor y la
magnitud de la listesis son fundamentales para decidir la conducta a seguir.
Asintomático y
menor de 25% de deslizamiento: se indica vida
normal y radiografías periódicas de control cada 6 u 8 meses.
Sintomático y
menor de 25% de deslizamiento: se indica
kinesiterapia, eliminar ejercicios violentos y deportes de contacto físico (
rugby, fútbol, karate, etc.). Radiografías cada 6 u 8 meses.
Asintomático y 25 % a 50% de deslizamiento, se indica eliminar ejercicio
violento, y gimnasia. Control radiográfico cada 6 u 8 meses.
Sintomático y 25
% a 50% de deslizamiento: se indica
tratamiento kinésico, suspender educación física por períodos largos de 6 a 12
meses. Radiografías cada 6 u 8 meses y control del deslizamiento.
Sobre 50% de
deslizamiento: se indica tratamiento quirúrgico
Artrodesis posterolateral mas inmovilización con yeso, que va de la
línea mamilar hasta el muslo, uni o bilateral por 6 meses.
En la listesis
mayores de 75%: se practica reducción previa, más
artrodesis posterolateral y yeso por 6 meses[91].
Adultos
Cualquiera sea la causa de la espondilolistesis, el tratamiento inicial
y de elección es conservador. No obstante, cuando hay ciatalgia, se piensa que
ese paciente será quirúrgico. El síntoma eje es el dolor y es el motivo de
consulta más frecuente. La falta de alivio del dolor es el motivo más frecuente
para pasar del tratamiento médico al tratamiento quirúrgico.
La formas clínicas de presentarse la espondilolistesis en el adulto y su
tratamiento son:
·
Asintomático:
mantener una postura normal. Mantener peso normal. Ejercicios diarios de musculatura abdominal
·
Sintomático:
-Reposo de acuerdo a magnitud del dolor.
-Tratamiento medicamentosos: analgésicos, antiinflamatorios,
y relajantes musculares.
-Kinesiterapia: ejercicios de rehabilitación postural y muscular.
-Fisioterapia: calor superficial y profundo.
-Corregir la
hiperlordosis.
-Control radiográfico y clínico de acuerdo a evolución del dolor .
Si el dolor cede, se debe mantener la postura y peso adecuado.
Ejercicios diarios deseables, especialmente abdominales
-Ciatalgia y lumbociatalgia: la pauta de tratamiento es
básicamente la misma que en
el dolor lumbar puro. Acá es más
frecuente agregar un medio de inmovilización, faja o corsé
Cuando el
dolor no cede, se cambia de tratamiento conservador a quirúrgico y, en este caso, hacemos una clara diferencia
entre el adulto menor de 40 años y el mayor de esta edad. El tratamiento
quirúrgico prevalece en los pacientes menores de 40 años
-Lumbalgia: se
practica artrodesis posterolateral in situ, mas un
elemento de artrodesis: vástagos de Harrington, vástagos de Luque,
placas, fijadores transpediculares, etc.
En el lumbago puro no es necesario practicar descompresión, resección
de arco posterior o
laminectomía, ya que el dolor se produce por un mecanismo de inestabilidad de
columna, que se logra estabilizar con una muy buena artrodesis posterolateral [91].
Ciatalgía y
lumbociatalgia
Se practica cirugía descompresiva de la raíz o raíces afectadas,
resección del arco posterior ( operación de Gill), con foraminotomía uni o
bilateral. Este tiempo es fundamental, ya que la ciatalgia se debe al compromiso radicular.
En la ciatalgia
pura, si el paciente es menor de 40 años, se agrega artrodesis posterolateral, cuando el deslizamiento es menor
e 50%, si es mayor, se agrega un elemento de fijación intentando además
corregir el deslizamiento.
Tratamiento
quirúrgico en enfermos mayores de 40 años:
·
Lumbalgia: artrodesis posterolateral con o sin elementos de síntesis.
·
Ciatalgia pura:
descompresión (Gill más foraminotomía ).
Esta cirugía es suficiente para los mayores
de 40 años, sobre todo en las espondilolistesis de tipo degenerativo, en que
hay fibrosis y calcificación de ligamentos. En estos casos se puede estar
seguro que no habrá más deslizamiento.
La estabilidad de la columna se ha logrado
espontáneamente, lo que se traduce clínicamente por ausencia de lumbalgia.
·
Lumbociatalgia: se
practica artrodesis por la inestabilidad de columna (lumbago) y descompresión
de raíces ( ciatalgia ).
Aquí se puede o no agregar elementos de fijación,
dependiendo de la edad, del paciente, del porcentaje del deslizamiento y del
tipo de trabajo que realiza la persona.
Consideración aparte requiere la
inmovilización externa
( corset de yeso
con inclusión de 1 ó 2 muslos): cuando se inició este tipo de cirugía, el yeso
se mantenía entre 9 y 12 meses, especialmente en jóvenes. Luego se fue
disminuyendo el tiempo de inmovilización a 6 y 3 meses, con inclusión de un solo muslo para
permitir la marcha precozmente. A medida que se ha ido mejorando la estabilidad
lograda con los método de síntesis modernos, el reposo y el tiempo de inmovilización
post operatorio ha ido disminuyendo.
Finalmente, es
importante repetir que los adultos que se operan lo hacen porque ha fracasado
el tratamiento conservador, siendo la persistencia del dolor el elemento que lleva al médico a proponer el
tratamiento quirúrgico .
ESTENOSIS LUMBAR.
Es el estrechamiento anormal del canal central y/o los
recesos y/o canales laterales de las vértebras lumbares, capaz de provocar
manifestaciones clínicas. Existe una insuficiente correlación entre continente
(canales y recesos) y contenido (médula, raíces, meninges, arterias y venas)[26].
Existen
estrechamientos fisiológicos del canal, producidos durante los movimientos
normales de la columna, no llamados estenosis, aunque en pacientes con
espondilosis o artrosis, los estrechamientos fisiológicos puedan adicionarse a la estenosis patológica,
durante movimientos de extensión de la columna. Se ve además un porciento elevado de adultos asintomáticos,
que imagenologicamente (RM) muestran estenosis[26].
Tipos de
estenosis.
-
Primaria. Ya descrita en
causas congénitas de ciática.
-
Adquirida (secundaria):
puede ser agudao crónica. La aguda puede darse en las discopatías lumbares, en las
luxaciones vertebrales traumáticas (más
frecuente a nivel
L1-L2).
La estenosis crónica adquirida, se ve en pacientes
mayores de 40 años fundamentalmente; aunque en individuos de la 4ta década de
la vida se ve una asociación de estrechamiento ligero por problemas crónicos de
espondilosis y artrosis con hernias discales.
La causa más frecuente de estenosis crónica
constituye los problemas degenerativos e inflamatorios por microtraumas
repetitivos y el envejecimiento, pudiéndose extender a varios espacios uni o
bilateralmente como proceso segmentario.
En el espacio donde coinciden los bordes
superior e inferior de los cuerpos vertebrales, el borde posterior del disco y
el ligamento vertebral común posterior, es donde se forman los osteofitos
posteriores discovertebrales del proceso espondilótico que estrechan el canal
central y/o el receso y el canal lateral por su parte anterior[26].
En el espacio intervertebral, el proceso
degenerativo inflamatorio del conjunto cápsuloarticular
(artrosis-espondilitis-osteoartritis), crea un nuevo tejido subperióstico a lo
largo de las facetas articulares, formando osteofítos que producen
engrosamiento articular y estrechez de los canales y recesos laterales, y el
canal central, desde la porción posterior de estos; siendo el factor más
importante en la compresión de las raíces; proceso que se agrava por la subluxación
articular secundaria al proceso degenerativo del disco y la cápsula;
adicionándose la hipertrofia y formación de pliegues del ligamento amarillo y
formación osteofítica en los bordes de las láminas y pedículos[26].
La estrechez que provoca la unión de estos
procesos degenerativo-inflamatorios es la causa de la compresión y atrapamiento
de las raíces L3, L4, L5 y S1,
comenzando primero en el espacio L4 -L5 y después en L3-L4
y L2-L3, siendo menos frecuente en el nivel L5-S1. Se puede extender a la cola de caballo,
produciendo problemas por la compresión neural directa e isquémica radicular
por la compresión arterial[26].
La compresión se manifiesta clínicamente con lumbalgia o lumbociatalgia, empeorando
con la extensión de la columna lumbar y mejorando con la flexión, y raramente
con la maniobra de Laségue.
Se presenta también un cuadro de
parestesias dolorosas que abarcan ambas extremidades inferiores sin patrón de
dermatomas como en las discopatías.
El cuadro doloroso se asemeja al de la
hernia discal; pero la instalación y evolución es más lenta y progresiva,
tendiendo a la toma radicular bilateral o de más de una raíz o nivel;
adjuntándose además, la edad avanzada del paciente.
La “claudicación
neurogénica” es producida por la isquemia radicular y la compresión neural durante la
extensión de la columna lumbar e incluso en la lordosis lumbar normal. Este cuadro clínico se caracteriza por
parestesias dolorosas en miembros inferiores, que progresan al adormecimiento y
hasta la falta de fuerza muscular si el paciente no se sienta o flexiona la
columna. La claudicación se
produce al estar mucho tiempo el paciente de pie, caminar o por extensión de la
columna vertebral lumbar. Esta
manifestación se ve en el 50% de los pacientes con estenosis, diferenciándose
de la “claudicación muscular isquémica de Charcot por presentar los pulsos
normales en los miembros inferiores; además la claudicación vascular isquémica
el paciente se alivia al detenerse y mantenerse de pie y en la neurogénica esta
posición mantiene o aumenta los síntomas.
Podemos concluir que las parestesias
dolorosas lumbociáticas multinivel uni o bilateral que se alivian con la
flexión junto con la claudicación neurogénica son los síntomas más frecuentes
en la estenosis.
Es infrecuente, aunque en procesos
patológicos avanzados podemos ver déficit reflejo, sensitivo y/o motor y
esfínteriano. El examen muestra
pocos signos neurológicos positivos; con gran disparidad entre síntomas y signos[26].
Otras
causas de estenosis crónica adquirida:
-
Metabólicas (aplastamientos
vertebrales por osteoporosis).
-
Neoplasias benignas o malignas del cuerpo vertebral (mieloma, metástasis), del arco posterior (osteoma) o del
área epidural (neurinoma, lipoma, hemangioma).
-
Procesos inflamatorios (infecciosos o no) del cuerpo
vertebral, articulares, o discos (osteomiélitis,
abscesos, tuberculosis, artritis reumatoide, discitis).
-
Traumatismos adquiridos que pueden tener predisposición
genética (espondilolistesis, espondilolisis,
angulación facetaria sagital, o por pérdida degenerativa de la orientación
coronal facetaria.
-
Traumatismos raquimedulares, con fracturas de cuerpos vertebrales y lesiones de los sistemas
ligamentarios sin luxaciones ni estenosis inicial del canal. Con el tiempo, hay
aplastamientos progresivos vertebrales progresivos y estenosis crónica
postraumática tardía; secundaria a osteoporosis (disminución de la masa ósea
por unidad de volumen de hueso), o a trastornos circulatorios de las vértebras
lesionadas.
-
Procesos de fibrosis cicatrizal epidural o formación ósea reactiva, secundaria a operaciones
anteriores (laminectomía, fusión vertebral con implantes óseos) o luxación
vertebral postfacetaria[26].
Otra clasificación de las estenosis
del canal lumbar[93]:
I.- Estenosis
producida por las paredes óseas
A-
estenosis
congénita
B-
estenosis del
desarrollo antes del nacimiento por errores en el crecimiento esquelético
C-
estenosis del
desarrollo idiopático
II.- Estenosis producidas por
elementos no óseos de la pared del canal vertebral lumbar.
A-
hipertrofia con o
sin calcificación del ligamento longitudinal común posterior o ligamento
amarillo o ambos
B-
herniación discal
central masiva o extrusión subligamentosa de material discal secuestrado.
Diagnóstico
neurofisiológico de la estenosis espinal.
-
PESS: Evalúan resultados pre y
postoperatorios. También pueden emplearse transoperatoriamente.
-
EMG: detecta
alteraciones orgánicas en las raíces comprimidas[26].
Diagnóstico
neuroimagenológico.
-
RX simple lumbar:
. ayuda a detectar problemas congénitos o
adquiridos proclives a producir estenosis.
. el estrechamiento por osteofitos o
cambios fibróticos en su fase no calcificada no se detectan.
a)
vista AP (distancia
interpedicular): Aumenta normalmente desde L1 hasta L5,
es mayor en la raza negra y menor en las mujeres. En L1 una
distancia menor de 22 mm, es sugestiva de estenosis. Esta vista detecta también
inclinación pedicular (lateralización vertebral) con estenosis unilateral del
canal lateral o indefinición radiológica pedicular por invasión tumoral.
b)
vista lateral: (distancia entre las paredes
anteriores y posteriores del canal). Disminuye desde L1 hasta L5
.A nivel de L5, una distancia menor de 15 mm sugiere estenosis.
Disminución del espacio intervertebral en los niveles afectados. Deformidad
espondilótica de los cuerpos vertebrales (disminución de la altura y aumento de
la longitud). Formación de osteofitos anteriores y posteriores. Estrechamiento
de los agujeros de conjunción (canal lateral). Calcificación del ligamento
amarillo. Dilatación del foramen por un neurofibroma. Destrucción vertebral o
fracturas patológicas por tumores, procesos sépticos o metabólicos.
Espondilolistesis (cuantificándose la luxación)
c)
vistas oblicuas: Detectan
lesiones del istmo (espondilolisis o espondilolistesis)
d)
vistas laterales dinámicas: evalúan movilidad y estabilidad de la columna (subluxación en flexión,
etc). A veces dan imágenes“falsas positivas” de inestabilidad por lo que no hay
que aceptarlas como elementos concluyentes[26].
-
Tomografía computadorizada:
. TC
simple (a nivel de los espacios intervertebrales
L2-L3, L3-L4, L4-L5 y L5-S1).
Hace el diagnóstico positivo de la
estenosis del canal central y ambos recesos por espondilosis y engrosamiento de
los conjuntos articulares: signo de
“Trifoliación”. También muestra compresión visible local del saco. Muestra
además, hipertrofia de láminas o del ligamento amarillo, espondilolisis o
espondilolistesis, tumores y fracturas/luxaciones.
-
Mielo-TC (2 a 3 horas después de la inyección del contraste
en el espacio subaracnoideo): delinea los
tejidos óseos y blandos, las raíces en el receso lateral, los osteofitos, las
dimensiones del canal, y la hipertrofia de ligamentos y la discopatía. Posee
gran utilidad en la concomitancia de estenosis crónica del canal con hernia
aguda discal. Detecta cicatrices postquirúrgicas compresivas, el edema de las
raíces y tumores extradurales en el
canal.
-
Resonancia Magnética :
El empleo de godolinium (Gd-DTPA) aumenta el poder resolutivo en el
diagnóstico entre estenosis por fibrosis cicatrizal postoperatoria o por hernia
recurrente.
También
muestra estenosis funcional por los movimientos de flexión-extensión de la
columna. Hace el diagnóstico de estenosis del canal lumbar y/o hernia discal.
-
Mielorradiculografía lumbosacara:
Muestra la estenosis sobre el espacio subaracnoideo. Bajo visión
fluoroscópica, permite observar la dinámica de circulación del LCR y los
cambios que dentro del canal se producen con los movimientos de la columna.
Muestra la imagen en “Rosario” o en “Cintura de mujer” (en vistas AP y lateral)
en la estenosis multinivel.
Muestra distorsión o falta de llenado de
raíces por la compresión extradural en los espacios, de lesiones no visibles en
RX simple (osteofitos no calcificados, hipertrofia facetaria o de ligamentos y
prolapsos de discos)
Como referencia, pueden compararse las
proporciones de la mielografía normal: en
vista AP, el ancho de la columna de contraste normal es de 15 a 25 mm.
Disminuye en los niveles lumbares más bajos: en L1 ocupa las ¾ partes del espacio
interpedicular y en L5 la mitad del canal. Cuando sea posible, debe
continuarse el estudio con TC, 2 ó 3 horas después de la mielografía (mielo-TC)
Criterios para el
tratamiento quirúrgico:
1.-
Pacientes con estenosis comprobada imagenológicamente y si es
posible, neurofisiológicamente,
que padecen dolor incapacitante aún con poca actividad física; o que es
considerado por el paciente como incompatible con su estilo de vida o
profesión.
2.-
Pacientes que presentan déficit neurológico progresivo con o sin dolor.
En ambos casos sólo se opera si no hay mejoría con los tratamientos no
quirúrgicos y el estado general del paciente permite la intervención.
Los resultados quirúrgicos en la estenosis lumbar no
son tan favorables como en las hernias de disco puras. Por que a veces, ya hay
problemas vasculares radiculares que no regresan; o porque la operación es más
amplia y crea fibrosis epidural y compresión recidivante.
Objetivos de la
operación: Descomprimir
estructuras nerviosas y/o vasculares y mantener o recuperar la estabilidad de
la columna lumbar.
Consideraciones para
seleccionar la técnica quirúrgica de descompresión y/o
descompresión/estabilización (por
métodos de “fusión” y de “instrumentación”)
1.- Estado físico del paciente y su pronóstico: se
estima si el estado general de salud y la edad permiten soportar la
descompresión y estabilización simultáneas, o sólo la descompresión. El tiempo
quirúrgico y la pérdida de sangre, cuando se combinan ambas técnicas, pueden
ser de gran magnitud en algunos casos y la mayoría de los pacientes que
requieren operación están entre 50 y 65 años. En algunas series, la mayoría
está entre 65 y 70 años. Generalmente se prefieren técnicas de descompresión
sin estabilización en pacientes mayores de 65 años, con actividad física más
limitada que los más jóvenes y con factores
degenerativos estabilizadores
(espondilosis).
2.- Expectativa de vida del paciente, según la
patología del proceso y su estado evolutivo[26].
Estenosis lateral del canal (ELC).
El término de estenosis lateral espinal se
refiere a la parte de la estenosis espinal que se confina a los recesos
laterales y/o a los agujeros o canales de conjunción.
Esto puede ser definido como un anormal
estrechamiento en el trayecto de la raíz nerviosa lumbar y el ganglio de la
raíz dorsal y/o el nervio espinal.
Aunque ocasionalmente está combinado con
estenosis central del canal, la estenosis lateral frecuentemente ocurre como
una entidad aislada que afecta uno o varios niveles uni o bilateralmente.
En los pacientes con estenosis lateral
sintomática, uno debe plantearse 5 preguntas:
1- ¿Cuál es la causa de la estenosis?
2- ¿En qué zona del corredor de la raíz
nerviosa ocurre la estenosis?
3- ¿Los signos y síntomas del paciente
correlacionan con los hallazgos morfológicos?
4- ¿Qué tejido a ese nivel está causando la
estenosis?
5- ¿Cuál es la biomecánica patológica
involucrada?
Para darle una respuesta a cada una de la
interrogantes, emana la clasificación de
van Akkerveeken de la estenosis lateral del canal.
1.- Según la etiología:
a)
Congénita: disrrafismo
espinal, fallo de segmentación.
b)
Alteraciones del desarrollo: variación en forma, tamallo y orientación de las apófisis articulares.
c)
Degenerativa:
espondilolistesis degenerativa, formación osteofitaria, la pérdida de la altura
discal con facetas en telescopaje; protrusión discal intraforaminal.
d)
Traumática: fractura con
estallamiento del cuerpo vertebral resultando en estenosis del receso lateral;
fractura de la apófisis articular superior con luxación
e)
Neoplásica: metástasis a
nivel del pedículo y la porción posterior del cuerpo vertebral
2.
Por la localización del estrechamiento:
a)
receso lateral (zona de
entrada)
b)
zona del pedículo(zona
media)
c)
zona de salida (agujero
de conjunción)
d)
distal a la zona lateral (extraforaminal): hablando estrictamente aquí no hay estrechez
e)
mixta (combinación de
los anteriores)
- Por las manifestaciones clínicas:
a) Dolor presente en reposo:
dolor atípico en el miembro inferior.
b) Dolor sólo al deambular: claudicación intermitente neurogénica
c)
Disfunción radicular
en reposo: Radiculopatía
d)
Hallazgos
positivos en la maniobra de Laségue,entre otros: compresión radicular.
e) Hallazgos negativos en la maniobra de Laségue: dolor atípico del miembro inferior.
f) Disfunción radicular sólo al deambular: claudicación neurogénica intermitente.
g)
Una combinación
de los anteriores
4.
Clasificación según la anatomía
de la estrechez (un factor o una combinación de factores)
a)Ligamentos:
(I)
ligamento
amarillo: hipertrófico, osificado.
(II)
ligamento
longitudinal común posterior: calcificado.
b)disco:
(I)anillo fibroso abombado en caso de
degeneración severa
(II)pérdida severa de la altura discal
(III)
prolapso discal
c)articulaciones facetarias:
(I)apófisis articular: formación
osteofitaria, variación en forma, tamaño y orientación de la apófisis
articular.
(II)cuerpo vertebral: formación
osteofitaria posterior o lateral
(III)lámina: espondilosis hipertrófica con
tejido de granulación
5.- Biomecánica
patológica:
a)
deformidad
rotacional
b)
estenosis
dinámica
La causa más frecuente de ELC es la
degenerativa donde contribuyen el estrechamiento del espacio del disco,
hipertrofia facetaria, el repliegue e hipertrofia del ligamento amarillo.
El riesgo del atrapamiento de las
estructuras neurales es mayor a nivel del disco intervertebral.
Los síntomas
en la ELC pura pueden ser la
radiculopatía o un dolor atípico en la pierna; es decir, puede
presentarse como ciática con síntomas neurológicos. Se presenta también como un
dolor difuso de distribución no dermatómica. La claudicación intermitente
neurogénica se ve en ocasiones, siendo más frecuente cuando concomitan ELC con
la Estenosis Central del Canal(ECC). [94]
El diagnóstico
requiere de imágenes. Esto se debe a que la sintomatología es variable y
hay muy pocos signos clínicos específicos. La TC, RM y la mielorradiculografía,
pueden ser usadas.
La TC presenta ventajas particulares debido
a la resolución imagenológica para tejidos calcificados, mostrando más ventaja
al realizarse la Mielo-TC, que
permite precisar el diámetro de la sección transversal del saco dural . El
principal diagnóstico diferencial en pacientes con radiculopatía es la
herniación discal. Los pacientes con un dolor atípico en miembros inferiores
presentan dificultad diagnóstica , siendo necesario descartar nosologías óseas
de pelvis y caderas, la neuropatía periférica y el herpes Zoster.
El tratamiento es, ante todo, no
quirúrgico.
La primera línea terapéutica es el reposo, analgésicos, A.I.N.E. y el
uso de corsets. Se pueden usar ocasionalmente bloqueos epidurales con esteroides,
sobre todo en pacientes con radiculopatía.
Las indicaciones quirúrgicas son:
. fallo del proceder conservador
. dolor discapacitante y refractario
. déficit neurológico progresivo
La cirugía para obtener una completa
descompresión incluye
laminectomía , facetectomía y foraminectomía cuando la ELC, concomita
con ECC.
Los recesos laterales deben quedar abiertos al igual que los
neuroforamenes, (agujeros de conjunción) permitiendo el paso libre del hook.
La discectomía está raramente indicada aún cuando hay protrusión discal,
la cual con frecuencia contribuye a la estenosis y esto es debido al principio
del complejo triarticular. La
discectomía contribuye a la
inestabilidad segmentaria postquirúrgica por lo que debe evitarse, de
ser posible.
La fusión suele llevarse a cabo cuando la columna es preoperatoriamente
inestable, o quedara inestable por la cirugía, siendo esto último
controversial.
Según la mayoría de los cirujanos,
La fusión debe realizarse cuando más de los 2/3 de
la articulación facetaria es resecada, o más del 50% de un par de facetas o más
del 50% de facetas sucesivas. Estas pautas a seguir no siempre poseen bases científicas adecuadas. Existen múltiples alternativas de
fusión. La fusión posterolateral( la de los procesos transversos) es la más
común y lógica, ya que la vía posterior debe ser usada para una descompresión
adecuada. La fijación interna se está usando con mayor tendencia y hay autores
que combinan fusiones anteriores y posteriores[94].
Resumiendo, podemos plantear
que la ELC es un estrechamiento del receso lateral y/o del neuroforamen, siendo
su causa más frecuente la degenerativa, con una clínica variable y diagnóstico
que requiere de imagen. El tratamiento
es conservador; pero si es fallido, la laminectomía descompresiva y algunas
veces la fusión es requerida. [94]
Síndrome del
receso lateral:
Es una variante de estenosis lumbar. El receso lateral (RL) es una hendidura que se encuentra al
lado del pedículo, en el cual la raíz nerviosa descansa justamente proximal al
agujero de conjunción
El receso lateral está bordeado anteriormente por el cuerpo vertebral,
lateralmente por el pedículo y posteriormente por la faceta articular superior
de la vertebral inferior.
La hipertrofia de la faceta articular superior comprime la raíz
nerviosa. La faceta L4-L5 es la más
comúnmente involucrada.
Los pacientes desarrollan predominantemente un dolor en el miembro
inferior unilateral o bilateral cuando caminan o están de pie, aliviándose
usualmente cuando hacen cuclillas, sentándose con el torso flexionado o
descansando en la posición fetal.
El dolor se describe como una parestesia quemante de la extremidad
inferior.La maniobra de Valsalva no exacerba el dolor. El dolor es usualmente
progresiva por meses o años.
En la hernia discal lumbar comparativamente, el dolor se exacerba al
sentarse, con un inicio más abrupto, aumentando con el estiramiento de la
extremidad y empeora con la maniobra de Valsalva.
El examen neurológico puede ser normal (incluyendo el “Laségue”),
pudiéndose ver el reflejo aquiliano abolido.
La TC de alta resolución es lo que mejor define la anatomía ósea del
receso lateral.
La RM y la Mielo-TC son recomendadas cuando hay criterios quirúrgicos.
Hallazgos característicos de la RM y Mielo-TC son: aplanamiento de la
raíz nerviosa a su paso por debajo de la unión facetaria hipertrofiada.
Dimensiones de
los recesos laterales en la tomografía con técnica de ventana ósea.
1.
Altura del receso
lateral de 3-4 mm: presenta un grado
de estenosis del RL en el límite.
Es sintomática si otra lesión
coexiste.
2.
Altura del receso
lateral menor de 3 mm: el grado de
estenosis es “sugestivo” del
síndrome de RL.
3.
Altura del receso
lateral menor de 2 mm, el grado de
estenosis es severo, siendo “diagnóstico”
del síndrome del receso lateral.
Tratamiento
. conservador, con estabilidad lumbosacra fortalecedora
. la terapia quirúrgica
está indicada en los casos que no responden al tratamiento conservador,
consistiendo en la laminectomía y facetectomía parcial.
Requiere eliminar la porción hipertrofiada de la faceta que atrapa la
raíz nerviosa, por facetomía parcial medial (1/3medial)o
subarticular [95].
Posibilidades
etiológicas de compresión radicular por los elementos anatómicos que forman el
agujero de conjunción.
Cuando el síndrome
ciático está causado por una lesión irritativo-compresiva de algún nervio
raquídeo de los que forman el nervio ciático o de las raíces de éstos, se
denomina ciática radicular, la cual es mucho más frecuente que las ciáticas
plexulares o tronculares [45]
Las relaciones anatómicas del nervio raquídeo a su salida por el agujero
de conjunción, son las siguientes: cursa sobre el pedículo de la vértebra
inferior, tiene por techo el pedículo de la vértebra superior, por delante está
relacionado con la parte posterolateral de los cuerpos vertebrales y del disco
intervertebral y finalmente por detrás están las apófisis articulares que
forman la articulación interapofisaria, la cual está recubierta en su parte más
interna por el ligamento amarillo.
Seguidamente vamos a enumerar las causas responsables del síndrome
ciático radicular considerando a éste desde el punto de vista de un
conflicto de espacio entre las
alteraciones anatomapatológicas que puedan asentar en los elementos que
delimitan el agujero de conjunción (continente) y la raíz (contenido) [45]
En el borde
anterior:
-
hernia discal
posterolateral (el conflicto discorradicular aporta la etiología más frecuente
del síndrome ciático, el cual no debe hacerse sinónimo con la discopatía .
-
Artrosis intersomática
(discovertebral) con osteofitosis posterolateral .
-
Fractura
conminuta del cuerpo vertebral.
En el borde
posterior:
-
artrosis
interapofisaria .
-
Fracturas,
luxaciones, fractura-luxación y subluxaciónes de las apófisis articulares, esta
última de origen traumático o degenerativo (pseudoespondilolistesis de
Yunghans).
-
Hipertrofia del
ligamento amarillo.
En los bordes
superior e inferior:
-
Fracturas de los
pedículos vertebrales.
-
Compresión de la
raíz al ser tensada ésta cuando desciende el pedículo en el pinzamiento discal.
Otras etiologías
de compresión radicular:
-
Espondilolistesis
(anterolistesis y retrolistesis).
-
Estenosis del canal vertebral lumbar.
-
Enfermedad de
Paget vertebral.
Tumoraciones
situadas en las inmediaciones del agujero de conjunción (intra o
extrarraquídeas) o en alguno de los elementos que lo forman: neoplasias primarias o secundarias (metastásicas),
abscesos y espondilitis infecciosas, quistes hidatídicos, granulomas, etc.
OTRAS CAUSAS DE
DOLOR DEL MIEMBRO INFERIOR.
Las tabes y las afecciones del tálamo óptico pueden
producir dolores centrales de tipo ciático.
Las simpatalgias
producidas por heridas en miembro inferior son causalgias de fácil distinción por la calidad del dolor.
Los dolores de localización limitada en parte del trayecto
ciático se pueden ver en la metatarsalgia
de Morton (en la coyuntura metarsofalángica del cuarto dedo), las tarsalgias o calcaneodinias y las aquileodinias
(dependientes de bursitis y miositis o exostosis)
La pseudociática
miálgica de Alexander, es una mialgia glútea, que se asocia a la ciática;
pero lo común es verla aislada. Se
extiende con frecuencia a la región lumbar y cara externa del muslo. El signo de Laségue suele ser positivo
al igual que el punto de Valleix glúteo, no así el poplíteo y los inferiores.
Reflejo y sensibilidad normales[59].
Síndrome de
Guillain-Barré.
Proceso
probablemente neuroalérgico que afecta a múltiples raíces espinales y también
encefálicas (pares craneales) determinando generalmente un cuadro de paresia o
parálisis de las extremidades, sobre todo de las inferiores ( con escasos
trastornos sensitivos y ninguno de los esfinterianos), frecuente parálisis
facial uni o bilateral y disociación albuminocitológica del LCR (
hiperalbuminorraquia en comparación con el aumento discreto de las células). El
diagnóstico diferencial se invoca sobre todo ante la forma que involucra
escasas raíces y ante síndrome de cola de caballo.
Por
lo general se trata de una parálisis ascendente tipo Landry. Generalmente hay
antecedentes de cuadro viral, inyecciones de sueros de vacunas. El pródromo es
de parestesias de las manos y pies.
CAUSAS PSICÒGENAS
Muchos pacientes con una alteración
aparentemente somática, presentan como factor etiológico fundamental algún
trastorno psíquico, pero no por ello debe etiquetarse como funcional cualquier
dolor lumbociático de etiología poco clara, ya que puede incurrirse en serios
errores médicos al no diagnosticar graves enfermedades, que por encontrarse
todavía en estadios iniciales no han manifestado aún ninguna otra
sintomatología aparte del dolor.
En este apartado
podemos encontrar las siguientes entidades:
- estados depresivos
- neurosis hipocondríaca
- manifestaciones somáticas de la neurosis histérica
- la enfermedad psicosomática del
aparato locomotor
- neurosis de renta
- y los cuadros de simulación
La enfermedad psicosomática consiste
en un proceso inconsciente originado por conflictos emocionales que desprenden
angustia, no mentalizada por lo mecanismo de defensa, la cual es vehiculada por
el sistema nervioso vegetativo hacia un órgano determinado, en este caso la
región lumbo-sacra, produciendo allí una alteración funcional. No tiene nada que ver con los mecanismos de conversión histérica en
los que el individuo inconscientemente busca una compensación.
En la neurosis de renta existe
una afectación de base orgánica sobre la que el paciente prolonga artificial y
conscientemente sus síntomas subjetivos con objeto de beneficiarse. Se diferencia de los cuadros de simulación, en lo que el
paciente no presenta patología orgánica, pero conscientemente pretende
aparentar una enfermedad para obtener algún beneficio.
Por último diremos que en todo paciente psíquicamente
sano, afecto de lumbociática de base orgánica, la enfermedad influye en su
psiquismo originando angustia, ya que cuando una parte del ser humano enferma,
no les hace sólo esa zona sino todo él en su totalidad; de ahí que deba entenderse de forma
integrada tanto a la enfermedad como al enfermo, el cual forma parte de un todo
no separable en multitud de órganos aislados[45].
CIÁTICAS PLEXULARES.
Las raíces ciáticas pueden afectarse a nivel del plexo
lumbosacro antes de que tenga lugar su reunión para formar el tronco ciático.
La frecuencia con que esto ocurre es muy pequeña; se estima que las ciáticas
plexulares y las tronculares reunidas no representan más que el 5% del total de
las ciáticas[59].
Las ciáticas plexulares presentan los siguientes
caracteres:
1. Son polirradiculares;
es totalmente excepcional que se afecte una sola raíz.
2. Los síntomas
deficitarios o paralizantes son siempre importantes, lo que no es más que
una consecuencia de la afectación de varias raíces.
3. Los fenómenos
neurovegetativos, edema retromaleolar y aumento o disminución del flujo
sanguíneo en el miembro afectado son muy frecuentes, probablemente debido a
que las ramas del simpático lumbar ya se han unido a las raíces a nivel del
plexo.
4. Faltan los
signos vertebrales de irritación radicular (signos de Naffziger y Neri);
tan sólo el signo de Laségue es positivo en algunos casos.
Las causas más frecuentes de
ciática plexulares son:
a) sacroilitis.-
el dolor sacroilíaco es habitualmente referido a la cara posterior del
muslo sobre el territorio de SII; este dolor referido, que aparece en la
mayoría de sacroilitis, no debe ser confundido con una verdadera ciática. Pero, además, en algunos casos de sacroilitis melitocócia, se observan
verdaderas ciáticas en forma de dolores irradiados en anchas bandas a la
extremidad inferior correspondiente, acompañados de síntomas neurológicos
importantes, tales como abolición del reflejo rotuliano o aquiliano y banda de
anestesia o hiperestesia. Se cree que en estos casos las ramas del plexo
lumbosacro son irritadas a su paso por delante de la articulación enferma[59].
b) Neoplasias
pelvianas.- El cáncer del útero, de la próstata y otras neoplasias
pelvianas pueden dar lugar a la invasión blastomatosa del plexo lumbosacro por
contigüidad, lo cual provoca ciáticas plexulares de especial gravedad y
persistencia que requieren a menudo la morfina. Todo lo dicho respecto a las
ciáticas por neoplasias vertebrales es aplicable a esos casos; insistimos
solamente en que la negatividad de las radiografías de la pelvis y región
lumbar no tiene ningún valor en contra del diagnóstico[59].
c) Ciática
gravídica u obstétrica.- Durante el embarazo puede producirse una hernia discal, con
la correspondiente ciática radicular.
Parece que durante el embarazo y el puerperio se producen con más frecuencia
las raras hernias discales masivas.
Pero lo que es peculiar del embarazo es la ciática
plexulares, que puede
aparecer de manera progresiva durante los últimos meses de la gestación
o de manera brusca en el momento del parto. La cabeza del feto comprime la raíz
LV y parte de la raíz LIV contra el estrecho superior de la pelvis. La
afectación de estas dos raíces da lugar a una parálisis de los músculos
anteroexternos de la pierna, con caída del pie. Se dice que por lo común el
pronóstico es favorable y que estas ciáticas remiten a las pocas semanas.
Plexopatía lumbosacra
Recordar que el dolor irradiado por miembros
inferiores, incrementados con la maniobra de Valsalva y elongación radicular no
siempre corresponde a patología radicular por causas asociadas a esta entidad.
Anatómicamente el plexo lumbosacro se sitúa en el interior de la pelvis,
originándose de las raíces lumbares y sacras, y organizándose en dos plexos
propiamente dichos: el plexo lumbar, con las contribuciones de los ramos
anteriores de las raíces L1 a L4 y el plexo sacro, con las de S1 a S4 junto al tronco lumbosacro
(ramas de L4 y todo L5). Sus distintas ramas se distribuyen a lo largo
de los miembros inferiores y, en muy poca extensión, dan ramas sensitivas
cutáneas a regiones inferiores (anteriores y laterales) de la pared del
abdomen.
Las patologías que más frecuentemente lo afectan incluyen la neuropatía
proximal diabética, los aneurismas de aorta abdominal o sus ramas ilíacas, los
hematomas espontáneos de músculos psoas e ilíaco, las plexitis infecciosas por
virus herpes Zóster o herpes simplex II, y más raramente las infecciones
bacterianas de la cavidad pélvica, la afectación vasculítica en el seno de
vasculitis sistémica o como vasculitis aislada, el trauma obstétrico y el
resultante de traumas con doble fractura pélvica, complicaciones de cirugía
abdominopélvica, inyecciones en glúteos, tumores (bien por efecto de masa, o
por infiltración), tanto primarios como secundarios, la plexopatía
postradiación, y unos pocos casos de plexopatía idiopática. También se describe en los portadores
de la neuropatía hereditaria autosómico dominante de parálisis por
susceptibilidad a la presión[96].
Se presenta un caso de plexopatía lumbosacra que resultó secundario a
una gran vejiga urinaria ocasionada por hipertrofia prostática que, hasta donde
conocemos, aún no se había descrito en la literatura.
Presentación del
caso.Varón de 67 años; antecedentes de cuadro
ciático irradiado por miembro inferior inzquierdo de un mes de duración hacía
varios años. Ningún otro antecedente. Consulta por dolor en región
isquiática izquierda irradiado por cara posterior de miembro inferior izquierdo
hasta el talón, aumentando con las maniobras Valsalva y la elongación
radicular. Exploración neurológica normal. RM lumbosacra normal, observándose
gran masa abdominal. TC abdómino-pélvico: gran vejiga obstructiva secundaria a
hipertrofia prostática benigna. Tras sondaje, la clínica fue remitiendo
paulatinamente hasta quedar asintomático[96].
La artropatía coxofemoral de
los ancianos, causa mialgias secundarias por disestatismos con dolor de la
región femoral posterior. La
presión y percusión sobre el trocánter es muy dolorosa al igual que la maniobra
de Fabere-Patrick. Las maniobras
elongativas ciáticas y puntos de Valleix son negativas[59].
Endometriosis.
Se hace la
presentación de una paciente en el Centro de Investigaciones
Médico-Quirúrgicas de La Habana, Cuba, con ciática cíclica bilateral por
endometriosis. No se encontró en la revisión bibliográfica realizada ningún
caso con síntomas bilaterales como en esta paciente. La ciática cíclica debida
a implantación de tejido endometrial en el nervio ciático a nivel de la
escotadura ciática es una causa muy rara de ciatalgia, la misma se presenta en
mujeres fértiles, en forma de episodios de dolor del nervio ciático que son
cíclicos y coinciden con la menstruación; de no ser tratada, causa una
mononeuropatía sensitivomotora del nervio ciático. Se presenta una paciente que
desde los 36 años de edad comenzó a presentar ciatalgias del lado derecho que
con el paso de los años, apareció de manera lentamente progresiva defecto motor
que se manifestaba como pie péndulo, las crisis de dolor se relacionaban con
las menstruaciones y a los 44 años se le diagnostica como síndrome del músculo
piramidal por lo que fue intervenida quirúrgicamente aumentando las crisis de
ciatalgia. Un año después comienza a presentar ciatalgias del lado izquierdo
con similares características a las que padecía del lado derecho pero de menor
intensidad. La paciente fue tratada con progesterona de depósito desapareciendo
las crisis de dolor que se presentaban del lado derecho desde hacia 10 años y
en el izquierdo, 1 año y medio. Se presentan los datos clínicos y los
resultados de estudios complementarios realizados, principalmente los estudios
neurofisiológicos (ECN, EMG, Reflejo H) e imagenológicos TAC helicoidal
contrastada de pelvis ósea)[97].
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