La poca actividad del gen OXT afecta el funcionamiento del cerebro y el comportamiento social de una persona, según un estudio publicado por la Proceedings of the National Academy of Sciences.

Para comprobar la teoría, los expertos realizaron pruebas genéticas a más de 120 personas, y evaluaron la estructura y funcionamiento de sus cerebros, así como sus habilidades para socializar.
Como resultado, comprobaron que la deficiente acción del gen OXT incide en el área encargada del pensamiento social.
También apreciaron trastornos cerebrales en los individuos con esa limitación y que estos les impiden identificar las emociones en los rostros de otras personas.
Por tanto, concluyeron, presentan dificultades para formar relaciones saludables. junio 23/2016 (PL)
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